Equipo del Unicaja que disputó el primer partido de la Copa Intercontinental. FIBA

El Unicaja alcanza el séptimo cielo

Acorde con su trayectoria, el club malagueño prosigue su ciclo victorioso, el tercero de su historia, y logra su séptimo título, una Copa Intercontinental inédita en su sala de trofeos

Domingo, 15 de septiembre 2024, 15:03

Son muchos los aficionados que se frotan los ojos incrédulos aún por el ciclo victorioso que vive el Unicaja, instalado en una nube donde los sueños tornan en gloriosa realidad. El club de Los Guindos quiere estirar este onírico período consciente de que su historia ... transita en círculos que tardan en cerrarse a tenor de lo ocurrido desde que hace treinta años asaltara la élite del baloncesto español con su primera final.

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El conjunto malagueño logró el séptimo título de su palmarés, la Copa Intercontinental conquistada en Singapur después de derrotar en cuatro días al Petro Luanda de Angola, al Al Riyadi Beirut de Líbano y al NBA G League United de Estados Unidos, es decir, al campeón africano, al asiático y al representante de la mejor Liga del mundo, en un viaje exótico saldado con un trofeo inédito en sus vitrinas. En los confines del mundo, el Unicaja alcanzó el séptimo cielo.

Con Ibon Navarro al frente, el Unicaja ha ganado tres de sus siete títulos en los últimos 19 meses (Copa del Rey en Badalona, Basketball Champions League en Belgrado e Intercontinental en Singapur) y ha jugado casi un tercio de las 17 finales de su historia, ya que también disputó la Final Four de la Champions, en la que ejerció de anfitrión, y la final de la Supercopa celebrada en Murcia.

Nueve de las 17 finales y seis de los siete títulos se consiguieron en tres etapas definidas

Es el denominador común en la trayectoria del cuadro malagueño, que se balancea en la historia a través de ciclos exitosos, ya que doce de las 17 finales y seis de los siete títulos ganados se concentran en tres periodos claves para definir la grandeza del club, amén de contemplar esporádicas apariciones en el panorama nacional e internacional que completan el palmarés, que ya es sin duda uno de los más prestigiosos de España.

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Los tres ciclos importantes van aparejados a nombres propios, empezando por Bozidar Maljkovic, maestro de las enseñanzas triunfales que llegaron a posteriori. El balcánico fue el primero que ganó un título para el Unicaja, la Copa Korac en 2001, además de disputar otra final de la misma competición y una final de Liga, todo entre 2000 y 2002. Situó al club en la lanzadera hacia el estrellato.

Sergio Scariolo tomó la alternativa y elevó al club a cimas nunca antes holladas, con la consecución de una Copa del Rey, una Liga y la presencia en la Final Four de la Euroliga de Atenas, un trienio mágico de 2005 a 2007. Confirmó la apuesta ganadora que desde la entidad financiera y propietaria del club se hizo para situar al Unicaja en la élite europea.

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Hubo que esperar tres lustros para iniciar el tercer y por ahora último ciclo increíblemente ganador de la mano de Ibon Navarro, que en estos dos últimos años, tres temporadas en curso, ha disputado ya cinco finales de las que ha ganado tres.

Las excepciones a esta regla llegaron con Javier Imbroda, el hacedor de ilusiones que el paso del tiempo convirtió en gozadas realidades, cuando en 1995 sembró de esperanza el baloncesto español con la disputa de una final liguera que cambió todo el panorama al convertirse en el primer equipo del sur de España que ponía en jaque la hegemonía de los clásicos de este deporte, residentes en el centro, este y norte del país. Ese Unicaja-Barcelona fue mítico por muchas circunstancias y ha pasado a la memoria como el del triple de Ansley que no quiso entrar.

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Luego, tras años de lustroso bienestar, Aíto García Reneses jugó la final de la Copa del Rey en 2009, en la que el Unicaja perdió con el Baskonia tras una fatídica prórroga. Al técnico madrileño le sucedió un catalán, Joan Plaza, un oasis en el desértico panorama que ensombreció al club de Los Guindos más temporadas de las deseadas. La Eurocup ganada en Valencia se celebró como pocas veces vista en Málaga por el tiempo transcurrido sin éxitos, por la inesperada victoria y por la consecución de un título que quedará para el recuerdo con ese último cuarto encumbrando a Carlos Suárez cuando estaba todo en contra. Plaza, además, también intentó asaltar la Supercopa de 2015, pero se quedó en el intento.

La última excepción fue la protagonizada por Luis Casimiro en la Copa del Rey de 2020 celebrada en Málaga, cuando cumplió los pronósticos y metió al Unicaja en la final, días antes de una pandemia que lo cambió todo.

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