El UCAM Murcia bordó su nueva propuesta baloncestística ante un Unicaja que nunca encontró respuestas y su nivel defensivo habitual, jugando a lo quería en cada momento y generando en los tiradores del Unicaja desconfianza y en todo el equipo impotencia a falta de demasiados ... minutos para la conclusión del partido salvando, eso si, el destello de carácter y pundonor de Alberto Díaz.

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El Murcia comenzó el partido de nuevo con su ya famosa defensa zonal que el Unicaja atacó desde el principio por medio de sus hombres interiores, con Kravish desde el poste alto e intentando conectar con Thomas. Pero el Murcia tiene la lección muy bien aprendida, seguía colapsando la zona, permitiendo el lanzamiento exterior según a quien, controlando el rebote, haciendo dudar a los tiradores y recuperando balones que aprovecharon también para correr, seleccionando el juego y atacando con paciencia en cinco contra cinco para encontrartiros liberados con buenos porcentajes a los que los jugadores de Unicaja no podían llegar.

En las postrimerías del primer cuarto y comienzo del segundo, principalmente Kameron Taylor y Alberto Díaz, el Unicaja sube el listón defensivo, intentando correr y culminar con penetraciones conocedores que es la defensa la mejor arma para recuperar el ritmo de partido y, sobre todo, para atacar las bien pertrechadas defensas del rival, obligando a los Murcianos ahora a jugar más lejos del aro y a hacer peores tiros. A pesar ello, siguieron anotando triples importantes y canastas de mérito que le mantienen en el partido con el Unicaja por delante del marcador al descanso.

Y cuando en el tercer cuarto el Unicaja arrancó bien y ya parecía que conocía el camino. Para ganar el partido apareció el mejor Murcia hasta la finalización, manteniendo su defensa y atacando con mucha paciencia, muchos pases, sin botes y al límite de la posesión, haciendo trabajar mucho a los malagueños en defensa, atento a los pequeños detalles, cogiendo rebotes importantes, corriendo cuando podían y con mucho acierto cuando llevaba el balón a las esquinas o encontrando el acierto, que el Unicaja nunca tuvo, en los tiros liberados a tras extrapass para llegar hasta los 101 puntos.

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