El triple, clave en la victoria

El UCAM comenzó muy agresivo, imponiendo un alto nivel de contactos y usando mucho las manos, impidiendo al Unicaja correr y obligándole a jugar cinco contra cinco donde no se encontraba nada cómodo y donde tampoco encontraba el equilibrio en la anotación desde posiciones exteriores e exteriores. Mientras tanto Todorovic jugaba a placer, anotando 12 puntos en el primer tiempo y creando espacios para los compañeros que también anotaban algunas canastas con demasiada facilidad para alcanzar los 26 puntos en el primer cuarto.

El segundo cuarto ambos equipos no encontraban el acierto desde el perímetro, por lo que los bajos porcentajes de tres de su rival el Unicaja no los podía aprovechar, que solo se encontraba cómodo cuando llegaba en transición o tras alguna pérdida del equipo murciano lo que permitió controlar mucho más su anotación, dejándolo en solo 14 puntos.

Un triple a tablero de Djedovic en el tercer cuarto lo cambió todo. Y si normalmente el equipo malagueño construye su juego a partir de la defensa, en este partido necesitó encontrar el acierto desde el triple para recuperar sus señas de identidad, liberarse de la presión, huir de la frustración y sus señas de identidad, mejorar su nivel defensivo, recuperar muchos balones y el control absoluto del rebote que le dio segundas oportunidades que le permitieron dar la vuelta al partido.

En el último cuarto el Unicaja ya era reconocible, no solo gracias al acierto ofensivo, sino también al control de Todorovic. Sito Alonso recurrió a una zona como último recurso para recuperar el marcador, y bien que lo consiguió, dos triples consecutivos de Todorovic y varias acciones de carácter de su equipo ponían un parcial de 9-0. Pero de nuevo desde el triple, ahora uno de kalinoski y otro de Carter sentenciaron el encuentro.