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El Palacio de los Deportes acoge esta noche un partido entre dos equipos que tienen parecidos objetivos. Tanto el Unicaja como el Gran Canaria están en proceso de recuperar su estatus en la Liga Endesa después de algunas campañas decepcionantes. El cuadro canario corrigió su ... deriva al final de la temporada pasada gracias a su buena trayectoria en la Eurocup y con un gran esprint final en la Liga que le permitió disputar el 'play-off'.
Sin embargo, el día a día del conjunto de Las Palmas de Gran Canaria está en constante ebullición. Los problemas económicos, la política deportiva del club y la posible venta a un grupo inversor en el que se encuentra el excajista Joel Freeland son temas habituales en la prensa isleña y de debate entre sus aficionados.
Lo cierto es que el Gran Canaria representa un caso peculiar en el baloncesto nacional e incluso en el deporte europeo, pues su propiedad es de titularidad pública; pertenece al Cabildo de Gran Canaria. Dicho de otro modo, básicamente se mantiene con dinero de los contribuyentes y esto siempre es difícil de manejar cuando se invierte en profesionales con salarios muy elevados. La pasada campaña, su presupuesto fue de 8,7 millones de euros, de los que 3,2 los aportó el Cabildo y casi un millón, el Gobierno de Canarias. Al final de temporada, el Cabildo tuvo que adelantar, además 1.753.000 euros de la subvención para esta temporada debido al déficit que se registró. Ese carácter público permite cierta claridad en las cuentas, en las que, entre otros datos, se indica que el gasto en salarios de la primera plantilla fue exactamente de 4.450.414 euros.
Esta importante inversión pública abrió hace algún tiempo el debate sobre la idoneidad de la venta del club, algo complicado en términos administrativos y jurídicos, pero que pudo ser posible ante la aparición de una oferta de compra que realizó un grupo inversor liderado por el excajista Joel Freeland, ya retirado tras su paso por la NBA y el CSKA. Este asunto está al parecer en punto muerto, como reconocía el inglés en una entrevista que concedió meses atrás a ‘Canarias 7’.
Internamente, las cosas no están más tranquilas por la nula relación que al parecer tienen el técnico Porfirio Fisac y el director deportivo, Willy Villar, con el presidente del club, Enrique Moreno. El consejero de Deportes del Cabildo, Francisco Castellano, se ha convertido en el interlocutor para ambos acaparando mucho protagonismo, lo que no parece lo más lógico para la gestión del club.
Pese a todo esto, el Gran Canaria sigue su rumbo, aunque está por ver hasta cuando aguanta su actual modelo económico/deportivo. Su nuevo proyecto es interesante después de realizar seis fichajes, que se unen a los numerosos cambios que hizo la temporada pasada por diferentes motivos y que provocaron que el equipo que comenzó la liga no se pareciese en nada al que acabó el campeonato. El equipo de Fisac ganó en la primera jornada al Fuenlabrada y perdió hace unos días ante el Barcelona en la segunda. A este último encuentro, el del reencuentro con sus aficionados después de muchos meses, sólo asistieron 1.700 personas. Un dato muy bajo y que indica que la marejada interna del club trasciende ya al exterior.
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