Solidez defensiva y calma en ataque

A pesar de la buena salida de McGee en el segundo cuarto y que Brooks siguiera a lo suyo, alcanzando ya los 15 puntos a estas alturas del partido, un mayor control defensivo del Unicaja, gracias sobre todo a la actividad de Taylor y un colosal Kalinoski, le permitió anotar más fácilmente en rápidos contraataques que, junto al acierto en el triple (2 consecutivos) le devolvió el mando en el marcador y deja al Estrasburgo en tan solo 13 puntos anotados en este cuarto a pesar de las diferencias tremendas a su favor de faltas y tiros libreas lanzados.

En la segunda parte el equipo francés seguía intentando parar el ritmo del Unicaja y evitar sus rápidas transiciones y, aunque por momentos lo conseguía, y dominaba también el rebote ofensivo logrando así segundas y terceras oportunidades, la sobriedad defensiva de los de Ibon Navarro le impedía ya conectar con Brooks y con sus hombres interiores. Esto, unido a su desorden ofensivo e insistencia en hacer un juego cada vez más individualista, le complicó las cosas. Sus despistes defensivos cada vez que alternaban a zonas y lastrado sobre todo por su pobre porcentajes desde el triple, permitía al Unicaja ir ampliando su dominio en el marcador.

El cuadro cajista seguía muy sólido en defensa, atacando con sobriedad y calma la dificultades que se le planteaban y dominando el último cuarto, y el partido, sin necesidad de tirar de brillantez o excelencia. Su rival se iba diluyendo poco a poco y perdía todo atisbo de esperanza en igualar el marcador y mantener alguna posibilidad, no solo de aferrarse al partido, sino también a su continuidad en una BCL que definitivamente se le queda fuera de su alcance. Todo lo contrario que al Unicaja.