Sigue la dinámica ganadora antes del exilio

Tras unos primeros compases más igualados el equipo malagueño fue sometiendo poco a poco a su rival sin demasiada oposición, alcanzado los 26 puntos en el primer cuarto frente a los 15 del Peristeri, con una proyección por encima de los 100. Durante el segundo cuarto el equipo malagueño llegó a tener una ventaja de 16 puntos, dando ya la sensación de que la diferencia solo podía aumentar. De nuevo vimos en esta primera parte a un Barreiro intenso y confirmando su mejoría en el triple, anotando dos de los mismos intentos, la acostumbrada sobriedad de Ejim tanto en defensa como en ataque y que el jovencísimo Mario Saint Supery llegara hasta los 11 minutos en cancha, aunque sin que por el momento logre conseguir el impacto en el juego que necesita. La anécdota del partido se produjo en este cuarto cuando Spanoulis le pide a Vangelis Zougris que saltara a la cancha, pero resultó que no tenía la camiseta reglamentaria debajo del cubre. Una acción inexplicable que supongo que le costará una buena multa.

Pero cuando parecía que el partido se convertía en un puro trámite, un parcial de 5-0 nada más empezar el tercer cuarto, gracias a la rapidez que Ragland imprimía a todas su acciones, acercaba a los griegos hasta los 6 puntos, pero sólo fue un espejismo porque al Unicaja le bastó poner nuevos bríos a su juego para volver a poner las cosas en su sitio, con diferencias en el marcador que ya resultaron insalvables. Esto permitió a Ibón Navarro hacer algunas pruebas tácticas y dosificar los esfuerzos de algunos de su hombres. El carácter indomable al que Spanoulis nos tenía acostumbrados como jugador no pudo la anoche de ayer contagiarlo a los suyos.

Una victoria más que demuestra la gran superioridad del Unicaja en su grupo de esta BCL manteniendo así una extraordinaria dinámica ganadora que esperemos no se vea perjudicada por su exilio forzoso del Carpena.