Seis derrotas, la herencia de la COVID-19 en el Monbus Obradoiro

El Monbus Obradoiro sólo consiguió ganar dos de sus últimos dieciséis partidos en la Liga Endesa: frente al Zaragoza, antes de sufrir un brote importante de Covid-19 en sus filas, y la otra ante el Bilbao Basket, en Fontes do Sar, en el primer partido tras el confinamiento de la plantilla, que estuvo sin competir entre el 27 de diciembre (derrota en Murcia por 93-76) y el 30 de enero (la vuelta triunfal citada, con un 80-72 al Bilbao).

Sin ser el equipo de la ACB que más afectados ha tenido hasta ahora –el MoraBanc Andorra alcanzó los catorce contagiados– sí es el que ha padecido varios casos de forma más virulenta, pues casi todos los afectados tuvieron síntomas. En cualquier deporte de equipo se ha podido comprobar las pésimas consecuencias deportivas cuando el virus ha entrado en el vestuario. Basta repasar el caso del Unicaja femenino o la merma sufrida por el Rincón Fertilidad de balonmano en un confinamiento algo más corto. A día de hoy es el Hereda San Pablo Burgos el equipo de la ACB que sufre esta circunstancia.

En el Obradoiro el malagueño Pozas (baja hasta el final de temporada por una lesión de rodilla), Enoch y Ozmizrak fueron los primeros en regresar y hasta el 23 de enero no se volvió a los entrenos grupales midiendo muy bien los esfuerzos y con jugadores en diferente nivel de forma. A día de hoy hay hombres como el joven pívot Birutis, revelación en el primer tramo de la campaña en la Liga Endesa, que siguen sin estar en forma. Ante el Baskonia jugó nueve minutos, y ante el Joventut no salió a la pista. La permanencia y hasta la viabilidad económica del club peligra. Son seis derrotas seguidas: en Zaragoza (83-70) y Andorra (90-71), en casa contra el Lenovo Tenerife (71-97), el Movistar Estudiantes (87-91) y el Baskonia (78-87), y en Badalona (91-84).