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Con 16 años cumplidos el 14 de abril, la mayor esperanza de la cantera del Unicaja (con permiso de Álvaro Folgueiras, que se va a marchar a Estados Unidos) encara un año clave para su formación, ya como jugador número trece la primera plantilla, un ... premio que se ha ganado por méritos propios, después de convertirse hace unos meses en el debutante más joven de la historia del club (lo hizo ante el Oostende, con sólo 15 años, 11 meses y 2 días) y, tres días después, en el quinto más precoz en la historia de la Liga ACB, cuando jugó en la cancha del Obradoiro.
«Para nosotros es un orgullo, pero no es nada importante. Lo primordial es que juegue, porque tiene sólo 16 años. La experiencia que adquiera con el primer equipo, bienvenida sea, pero lo que necesita a su edad es jugar, en su caso con el equipo júnior de la Liga EBA, para seguir con su formación», se pronuncia el padre del canterano, que como menor de edad mantiene su silencio ante los medios.
«Siempre digo que es un accidente estar en la ACB, aunque se lo haya ganado, pero no es su sitio. No es el objetivo actual. Nosotros no creíamos que podíamos estar ahí. Es algo positivo, pero lo peligroso es que piense que es lo único. Allí está aprendiendo otros sistemas, pero tiene un déficit (de físico) respecto a jugadores profesionales», continúa con su argumentación su progenitor.
Lo que sí ha cambiado de momento es la perspectiva del entorno familiar de Mario Saint-Supery en cuanto a continuar su progresión y su formación en una universidad norteamericana, una tendencia muy en boga en el caso de jóvenes españoles que despuntan en el deporte de la canasta y se quedan sin competiciones a su medida en España en las que continuar la progresión.
«Hace un año hubiera dicho que estaba claro que en función del nivel de Mario (ir a Norteamérica a estudiar) era una opción muy viable. Ahora vamos a ver cómo evoluciona en estos dos años. Es una puerta que no nos queremos cerrar, porque no dejamos de pensar en su futuro y podría ser que no evolucionara tanto y su nivel tan joven no sea aún para la ACB», razona con sinceridad Kiko Fernández. «La próxima campaña tendremos que analizarlo», añade, dando a entender que este será un año clave.
Saint-Supery, un 'combo' sobrado de talento, es el líder actual en el combinado español sub-16, en la que está siendo su primera gran experiencia de selecciones nacionales, después de estar hace meses en el el Adidas Next Generation en Ljubljana (una especia de Euroliga de clubes para juveniles, en formato corto). España comenzó el viernes con una clara derrota ante Grecia (47-75), pero el rinconero fue el mejor de su equipo, con 12 puntos en 22:18 minutos, aunque con una pobre serie de tiros de campo (2/10), tres pérdidas y 5 puntos de valoración. Ayer se redimió ante Montenegro (74-66) con una exhibición: 28 puntos en 26 minutos y medio en juego, con 4/9 en triples y 25 de valoración.
España sub-16, que partía como favorita, como lo ha sido cualquier otro combinado de categorías inferiores este verano, perdió ya cuatro amistosos de preparación y se está viendo muy mermada por las bajas. Sobre todo las del madridista Hugo González, que ya estuvo en el Mundial sub-17, pero no ha doblado concurso; Salva Gallego, máximo anotador del Nacional cadete, o el también cajista Miracle Bamadou, que no ha podido jugar por problemas burocráticos.
Gane o pierda, Saint-Supery sigue formándose para tratar de ser el primer canterano en muchos años que se asiente en la plantilla del Unicaja. A su edad aún está fortaleciéndose muscularmente y ganando en altura. Desde sus 1,93 metros actuales, se calcula que puede llegar todavía a 1,96 o 1,97, pero será clave también la envergadura (longitud con los brazos extendidos de punta a punta) que llegue a alcanzar este malagueño de ascendencia francesa (su bisabuelo materno era galo) y que ha tomado como primer apellido el de su madre.
De forma paralela a su aprendizaje como jugador a las órdenes de Ibon Navarro y con compañeros profesionales fogueados en grandes ligas, para la familia de Saint-Supery es fundamental que no abandone su formación académica, máxime cuando esta campaña va a entrenarse ya mañanas y tardes, a diferencia de años anteriores. Por eso estudiará el bachillerato en el IPEM (hasta ahora estaba adscrito a IES Margarita Salas, de Torre de Benagalbón) en la modalidad 'online'. Recibir clases a distancia se permite en determinadas situaciones, entre ellas en los considerados Deportistas de Alto Nivel (DAN), como es el caso de este jugador. «Él tiene muy claro que quiere ser profesional, pero el bachillerato es innegociable. Puede haber una lesión y tiene que tener su futuro fuera del baloncesto», explica su padre.
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