Secciones
Servicios
Destacamos
Veinticinco años de un subcampeonato de Liga ACB que supo a gloria. Una efeméride de una gesta deportiva que va mucho más allá de una cifra redonda o de los gratos recuerdos que quedaron grabados a fuego en tanta gente, una señal en el tiempo ... que hizo que se detuviera un instante, como sólo ocurre en los más trascendentales acontecimientos de nuestras vidas, que marcó el baloncesto malagueño para siempre, que aprendió entonces a conocerse de verdad a sí mismo y sus verdaderas posibilidades potenciando, como nunca antes lo había hecho, su propia autoestima para ponerlo definitivamente rumbo al futuro.
Una derrota de los 'play-off', un 'no título' que tuvo sabor a victoria, un triple que nunca entró que forma parte de la historia más brillante del club. ¿Cuáles pudieron ser las razones para que así fuera? Probablemente porque supuso, en un primer lugar, la culminación de la unión de los dos clubes malagueños y, lo más importante, de sus aficiones en una sola, en un camino común y compartido. Porque aquel equipo supo llegar al corazón de todos los malagueños, sin excepción, ganándose el respeto de los buenos aficionados de nuestro deporte en España entera. Porque, muy por encima del resultado conseguido, aquel grupo de personas supieron transmitir con su esfuerzo y empeño que en realidad tenían un verdadero carácter ganador aún habiendo perdido aquella final.
No solo fue el producto de llegar hasta allí, es que se pudo y debió alcanzar un título que acabó escapándose en pequeñísimos detalles, y no sólo por el famoso triple, sino también, y no lo podemos olvidar, por la tela de araña que se vio obligado a tejer el entrenador contrario cuando veía que perdía sin remisión el campeonato recurriendo a retorcidas declaraciones a la prensa que crisparon al máximo el ambiente, a presiones arbitrales y a la ACB, y a aquel derroche de recursos que demostró tener también fuera de la cancha, tal y como una partida de ajedrez que se juega en el tablero y mucho más allá de él, en donde casi todo vale. Y porque al arrojo, valentía y buen hacer de aquel equipo se le unía también mucha calidad y talento para deleite de sus seguidores, en una identificación plena, demostrándonos a nosotros mismos y a los demás que éramos capaces de hacer las cosas, al menos, igual o tan bien como los mejores, una lección, quizás la más importante, que no debemos olvidar jamás.
Una fórmula de éxito basado en una gran gestión deportiva en los despachos y en el parqué, en el acierto de los fichajes de dos americanos excepcionales y un ruso que venía del frío siberiano pero que se integraron a la perfección a la ciudad, al club, a sus compañeros y a una filosofía propia del juego, un equipo con los roles muy definidos con un grupo de nacionales con muchos canteranos en sus filas, más la incorporación de otros grandísimos jugadores españoles, tal y como demostraron todos y cada de ellos en el desarrollo de sus extraordinarias carreras que, con mucha personalidad y generosidad, dieron al equipo el equilibrio necesario para que todo llegara a funcionar a la perfección. Un liderazgo compartido por extranjeros y españoles clave en lo logrado entonces, en importantísimos logros deportivos del pasado y que se continúa manteniendo como propuesta esencial, aunque no la única, en estos tiempos para alcanzar el éxito, como todos sabemos.
Hablamos de un momento en el que club adquirió su mayoría de edad y en el que supo reivindicarse como un vehículo capaz y eficaz a la hora de transmitir también los valores de la entidad financiera que le da su nombre y con la que comparte su destino, los mismos con los que afrontará de nuevo Unicaja esta nueva y dura encrucijada que estamos viviendo: solvencia, constancia, seriedad, eficiencia y vocación por nuestra tierra al servicio de todos, tan necesarios para mirar al futuro con optimismo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.