Rubén Guerrero, con la camiseta de su nuevo equipo, el Obradoiro. ACB FOTOS
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Rubén Guerrero: «Sabía que era necesario salir del Unicaja; ahora todo depende de mí»

El marbellí, sobre el que el cuadro cajista tiene una opción, espera recuperar la confianza e impulsar su carrera

Jueves, 29 de septiembre 2022, 00:02

Sólo oír hablar a Rubén Guerrero confirma que su ánimo es distinto. El jugador marbellí dejó el pasado verano el Unicaja para relanzar su carrera. ... El Obradoiro apostó por él y allí espera recuperar la confianza y tomar impulso. Desprende esa seguridad que por momentos le faltó en Málaga y se muestra confiado de hacer un buen año en un equipo en el que los pívots tienen un rol importante.

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–Ha hecho una buena pretemporada, con protagonismo y minutos. ¿Es lo que esperaba cuando salió de Málaga?

–No es que esperase esto, pero quería tener otro rol y otra responsabilidad. Buscaba algo que me ayudase a crecer como jugador. La pretemporada es para prepararse, pero oye, siempre es mejor empezar bien para coger sensaciones.

–¿Se ha ido de Málaga con la sensación de que le cogió una mala etapa? Se lo digo por la pandemia, dos años sin público, malos resultados, dinámica negativa. Tanto a usted como a Francis Alonso, ese regreso de Estados Unidos no les pilló en un buen momento del club. ¿Fue difícil?

–Sí, la verdad es que sí. No puedes achacarlo todo a eso, las cosas como son. Pero sí, el primer año se nos cortó por la pandemia, luego jugamos aquella fase final en la que nos faltó un poco de suerte, un año sin público con malos resultados. El comienzo fue raro... No fue el mejor momento del Unicaja deportivamente. Fue complejo para todos. Es cierto que Francis y yo no tuvimos esa suerte.

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–En su caso ha tenido que dar un paso al frente en varias ocasiones, porque usted no era el pívot titular por así decirlo. ¿Le generó aquello un exceso de presión?

–Esa 'sobrepresión' siempre existe en el Unicaja porque las expectativas son grandes. Llegué nuevo y como tercer pívot y, por lesiones o por bajo rendimiento de otros, tuve que dar un paso al frente. Es cierto que me generó una presión grande encontrarme con eso nada más llegar. En unos momentos respondí bien y en otros, pues no tanto. Todo ello me ayudó como jugador y a estar listo incluso cuando había estado partidos sin jugar. En esos momentos tenías que salir y hacerlo lo mejor posible para seguir aprendiendo.

–Usted llegaba de un proceso de formación en EE.UU y pasó directamente al profesionalismo, con todo lo que ello conlleva de presión deportiva y mediática.

–Eso fue lo más difícil, porque más allá de la presión, que ya nos la ponemos nosotros, luego estaba esa atención mediática, de los aficionados y de todo lo que rodea al baloncesto en Málaga. Todo eso te exige el máximo desde el primer momento. Si no salen bien las cosas se te cae todo encima y tú mismo te ves peor incluso de lo que lo estás haciendo. Es difícil de llevar. Seguro que me equivoqué y no lo hice lo mejor que hubiera deseado, pero es parte del aprendizaje como jugador. Esta etapa nos ha ayudado a mejorar y madurar.

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–Usted se planteó en varias ocasiones dejar el Unicaja antes de lo que lo hizo porque sentía que debía liberarse de cierta presión. ¿Salir a Santiago ha sido una liberación?

–Es cierto que lo intentamos en varias ocasiones. Sabía que era necesario salir del Unicaja para salir también de la atención que se presta a la gente de la casa. Necesitaba cambiar de aires. Ahora que he dado el paso no es que diga que sea un alivio, porque no es que estuviese en el infierno... Yo en Málaga estaba genial, pero una vez dado el paso, ahora todo depende de ti. Los minutos que juegas hay que trabajarlos y no juegas porque seas el canterano de turno. Si estoy en Santiago es porque me han querido y tienen una idea para mí. El rol es distinto. Quizá eso es lo que buscaba cuando salí de Málaga, que no se me mirase como un chico de la cantera, sino como un jugador más.

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–Pero el suyo quizá es un viaje de ida y vuelta, porque el club se guardó una opción sobre usted.

–He firmado por dos años y me preocupo del día a día. Vine al Obradoiro para mejorar y, si las cosas van bien, pues perfecto. Cuanto mejor lo haga ahora, mejor me irá en el futuro.

–También ahora los objetivos son distintos. Aquí había unos más altos, aunque no se consiguiesen, y ahí habrá otros. ¿Qué espera del Obradoiro esta temporada?

–El tener una sola competición te permite focalizarte y trabajar en otras cosas. No podemos decir que el objetivo debe ser salvarse. Me gustaría mirar algo más arriba. Haciendo nuestro trabajo podemos hacer un buen año. El Breogán hizo la temporada pasada un año buenísimo y debe ser un ejemplo para pensar con ilusión en algo más.

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–Llega a un equipo con una tradición interesante de pívots y de jugadores grandes a los que ahí le han ido bien las cosas. ¿Es por los planteamientos de Moncho Fernández? ¿Está trabajando muy distinto?

–No es que tenga una varita mágica ni nada por el estilo. Es verdad que se le da otra importancia a los jugadores interiores. Por la forma de jugar, por los sistemas e incluso por la filosofía de Moncho, pues llegan más balones, se comparten más las posesiones y hay sistemas en los que al pívot se le aprovecha más. Al final, cuanto más balones toques y más aparezcas en ataque, puedes producir más.

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–¿Cómo ha visto desde fuera la construcción del nuevo Unicaja? ¿Tendrá un año tranquilo?

–Cuando estaba ahí siempre pensaba que lo íbamos a hacer bien, que teníamos un buen equipo. La plantilla de este año me parece un equipazo. El prim er objetivo se ha conseguido. A ver cómo encajan los roles. Creo que hay equipo para hacer un buen año.

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