Un rival inofensivo

Las enormes diferencias entre los contendientes se plasmaron en el marcador de manera inmediata. Ya sabíamos hasta que punto era superior el perímetro del Unicaja, pero en el comienzo nos pareció aún mucho más. Ya en el primer cuarto, sumó siete triples, con seis triplistas ... diferentes. Tanto acierto exterior animó a los locales a tirar más de lejos que de cerca. Como a veces los partidos discurren por caminos inesperados, Marcelo Nicola prefirió afrontar la lluvia de triples con una zona, que invitaba más a los tiros exteriores del Unicaja. Sin embargo, todo tiene un límite y con el paso de los minutos, los visitantes alternaban mejor el juego exterior con el interior y lograron equilibrar la lucha, aunque en el marcador no se notaba por la gran ventaja acumulada por los locales en el arranque del partido. Los visitantes mantenían la zona, jugaron los suplentes del Unicaja, también Suárez, vamos, todos menos Nzosa. Volvieron los titulares, el Unicaja siguió tirando más triples de la cuenta y ganaba al descanso por diez puntos, pero en el segundo cuarto el equipo guipuzcoano fue superior y quizás Alonso estuvo demasiado tiempo sentado.