La situación contractual de un jugador es un asunto importante a la hora de evaluar el posible rendimiento que puede tener a lo largo de una temporada. En el caso del Unicaja, se da una situación muy particular a las puertas de la campaña que ... está a punto de comenzar, pues más de la mitad de la plantilla acaba su compromiso con el club de Los Guindos.
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La gran cantidad de contratos garantizados fue uno de los asuntos que condicionó por completo la construcción del actual proyecto deportivo, en parte porque esos acuerdos eran muy elevados y no se ajustaban a la nueva realidad económica a la que trata de ajustarse la entidad. Esto lastró el margen de maniobra en todo momento e impidió que se consiguiese una plantilla 'diferente'.
El próximo verano, sin embargo, la situación será distinta y el Unicaja podrá liberar una gran carga salarial, o al menos tener la posibilidad de repartirla según sus intereses. Más de la mitad de la plantilla acaba contrato. Como es lógico, cada caso es distinto, tanto deportiva como económicamente, lo que condicionará las decisiones del Unicaja.
Los jugadores que acaban contrato son: Jaime Fernández, Francis Alonso, Rubén Guerrero, Axel Bouteille, Carlos Suárez, Tim Abromaitis, Michael Eric y Norris Cole. Como se puede comprobar, el importante núcleo nacional del actual equipo se verá afectado por esta situación. El caso más importante, por su peso en el juego, es el de Jaime Fernández, que está ante una temporada clave para él y en la que deberá demostrar que ha dejado atrás esa doble operación en los talones que le condicionó la campaña pasada.
Este verano, el Unicaja ejerció las opciones para ampliar los contratos de Alonso y Guerrero, los dos canteranos, que ya el próximo verano quedarán libres pendientes sólo del derecho de tanteo, que hay que recordar que ejercita sobre el cien por cien del salario del jugador. Ambos tuvieron la oportunidad de dejar el club hace unos meses, pero esa vía no prosperó por distintos motivos.
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En términos económicos, el club liberará dos de los salarios más altos de la plantilla, los de Bouteille y Abromaitis. Con unos sueldos muy elevados, fue imposible buscarles una salida en el mercado de verano, especialmente al francés, mientras que en el caso del estadounidense, la propuesta que llegó del Tenerife no hacía rentable la operación. Su rendimiento marcará la decisión del club malagueño. Parecido es el caso de Carlos Suárez, aunque el acuerdo con él contempla una opción de renovación sujeta o una compensación económica si no renueva. Por último, Eric y Cole son opciones 'atractivas' porque fiscalmente ahora se rigen por un tipo más ventajoso. Sin embargo, su coste para el club será del doble la siguiente campaña. Con el Nigeriano hay ya una opción de ampliación contemplada en su contrato, pero no con Cole.
El hecho de que un jugador acabe contrato es siempre una ventaja para el club porque, en cierto modo, le obliga a dar sus mejores prestaciones, tanto si quiere renovar como mostrarse a otros equipos. El mercado manda. En cualquier caso, esta situación sí que es anómala respecto a las últimas campañas, en las que la continuidad de buena parte de la plantilla estaba asegurada. Con contrato más allá del 30 de junio de 2022 están Alberto Díaz, Jonathan Barreiro, Darío Brizuela y Yannick Nzosa; además del técnico Fotis Katsikaris.
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