La renegociación de contratos, asunto espinoso para el Unicaja

El Unicaja se adentra en un largo y complejo verano para reconstruir su proyecto deportivo tras el fiasco de esta temporada. Tendrá que hacerlo ajustándose a su nueva realidad económica. El club todavía no conoce el presupuesto, aunque tiene una idea aproximada, con el que contará para recomponer el equipo y hacer frente a la demanda económica que le supone la cantera.

Como todo lo referente a las categorías de formación ocupará el último capítulo de la planificación, el foco está puesto ahora en la primera plantilla.El primer paso se ha dado con la negociación para renovar a Katsikaris, que sigue abierta y pendiente de concretarse sobre un acuerdo de dos temporadas.

En estas negociaciones, la rebaja salarial ha sido una exigencia del club por pura necesidad. Es importante tenerlo presente porque este es el mensaje que se está lanzando al mercado y el que se ha trasladado a las principales agencias de representación que operan en España. La etapa de contratos de equipo de Euroliga sin serlo ha pasado a la historia ya en Málaga, porque la realidad económica del Unicaja es ahora otra. Como a otros clubes de gran potencial, a la entidad cajista se le pedía más de lo que se le podía demandar a otro equipo por el mismo jugador. Antes se podía entrar en esa puja, pero ahora las cuentas dicen que no.

Los principales interlocutores del mercado ya están al tanto de esta situación, pero el Unicaja no arregla sus problemas con esta declaración de intenciones. Ahora mismo tiene en sus filas a siete jugadores con contrato para las próximas temporadas: Díaz, Fernández, Brizuela, Bouteille, Abromaitis, Suárez y Nzosa, aunque el sueldo de este último es el más bajo del equipo.

La idea de los actuales gestores del Unicaja es renegociar todos los contratos que se puedan, especialmente los de los jugadores más caros (Bouteille y Brizuela). Existen muchas fórmulas para hacerlo, pero la más lógica es plantear reducciones de sueldos a cambio de años de contrato y rebajas de cláusulas de rescisión.

Como nadie quiere perder dinero, gane más o gane menos, será un asunto muy espinoso con el que tendrán que lidiar el gerente del club, Paco Sáez, y el director deportivo, Manolo Rubia. El Unicaja tendrá que lograr el mayor beneficio en estas gestiones, pues buena parte de su margen de maniobra para fichar se generará aquí. En caso de que no se logren acuerdos, es previsible que algunos de los jugadores salgan al mercado, pero con la situación actual no lo van a tener fácil para encontrar contratos como los que tienen firmados en Málaga. Tampoco conviene perder de vista que el Unicaja va a liberar una importante masa salarial con los jugadores que acaban su vinculación y que no van a seguir (Mekel, Waczynski, Thompson y Thomas), y pendiente de ver qué pasa con Francis Alonso y Rubén Guerrero.