Secciones
Servicios
Destacamos
En el confinamiento todo parecía perdido, nuestra vida había cambiado como nunca antes hubiéramos podido imaginar, el deporte pasó a un quinto plano y nadie daba un duro por que se pudieran retomar las competiciones profesionales, imposibles de concebir sin público en las gradas.
La ... ACB fue paciente y nunca renunció a encontrar la manera de finalizar la Liga, y gracias a eso, a la valentía de los clubes y a la profesionalidad de los jugadores estamos pudiendo vivir una Fase Final Excepcional. Llena de cosas nuevas, unas mejores que otras, algunas más extrañas, pero el baloncesto ha vuelto. Lo estamos disfrutando y los amantes de este deporte debemos estar agradecidos. Como debemos estar agradecidos al esfuerzo que ha hecho el Valencia Basket cediendo sus instalaciones, a todo su personal por su trabajo incansable, a árbitros, auxiliares, periodistas, televisión…
El Unicaja ha hecho también un esfuerzo enorme por llegar en las mejores condiciones posibles demostrando tener un equipo de profesionales fantásticos: técnicos, preparadores físicos, fisios, médicos, responsables de material y de la instalación de Los Guindos, responsables de prensa… siguiendo en todo momento los protocolos más exigentes para garantizar la salud y el buen rendimiento del equipo en su regreso a la alta competición tras tres meses de inactividad y sin la habitual preparación previa, algo realmente complicado que se ha hecho extraordinariamente bien.
Y el baloncesto ha vuelto con un formato inédito, más propio de campeonatos de España de categorías inferiores, que ha dado mucho juego y para muchas cábalas en el que ha sido sonado el batacazo del Real Madrid, un equipo construido para ganar la Euroliga y que se ha quedado en la fase de grupos en sus enfrentamientos contra el Burgos y el Andorra, dos equipos modestos que han competido a un grandísimo nivel que nos han recordado de nuevo a todos que se puede soñar y que en el deporte dos más dos no siempre son cuatro. Y esto que ha ocurrido, por tremendo que nos pueda parecer, tampoco debería empañar la trayectoria plagada de éxitos de Pablo Laso desde que está al frente de su equipo, aunque sí puede ser un síntoma de agotamiento de un proyecto que ha dado mucho a lo largo de todo este tiempo, lo que tendrán que saber interpretar sus máximos responsables.
La otra cara de la moneda ha sido el San Pablo Burgos (de una ciudad volcada y una afición que han supuesto una bocanada de aire fresco para el baloncesto español desde que llegaron a la ACB), que por primera vez se ha metido en las semifinales de la Liga. Un proyecto serio, en crecimiento liderado por un entrenador emergente que ha sabido transmitir a sus jugadores el deseo y competitividad necesarias para transportarlos al cielo.
En cualquier caso, es muy difícil juzgar a un equipo en estas circunstancias tan especiales. Alrededor del Unicaja mucho se ha especulado sobre la conveniencia o no de la continuidad de Casimiro. Sin embargo, el club parece tener muy clara la renovación de su confianza. Él es un entrenador contrastado y con un gran bagaje a sus espaldas, un hombre de club, honesto, leal y tremendamente trabajador. Pero no existe el entrenador perfecto por mucho que busquemos. Todos tienen sus cualidades y peculiaridades, sus luces y sus sombras. El mejor rendimiento se alcanzará por su capacidad para adaptarse a un proyecto de club, y este, a él, a sus jugadores y al entorno. Y a la conjunción de todas estas piezas adecuándose a la oportunidad y al momento, a la ambición y confianza que sea capaz de tener y transmitir.
También está garantizada la continuidad del núcleo central de jugadores a falta de unos retoques que van a resultar verdaderamente decisivos, que mejoren el rendimiento del juego interior del equipo y ese equilibrio del que ha adolecido en muchos momentos de la temporada. Hay jugadores jóvenes de muchísima calidad y proyección pero que han de dar un paso adelante para ser cada día mejores y para poder responder a los verdaderos objetivos del club. No basta ya con hacer bien lo que saben hacer, sino que que han de hacerlo con constancia y con mayor afán, dando la cara cada noche y, sobre todo, cuando la exigencia de la competición sea mayor para liderar y convertirse en referencia de un proyecto ganador. Eso es lo que se espera de las apuestas del Unicaja por Bouteille, Brizuela, Jaime Fernández, Guerrero…: que justifiquen las expectativas puestas en ellos por el club y su afición en el regreso a la 'nueva normalidad' o a un futuro incierto.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.