Luis Casimiro Palomo no cumplirá su tercera temporada en el Unicaja. El veterano entrenador manchego nos deja en Málaga una final de la Copa del ... Rey y la sensación de que se podía haber hecho mucho más. Su salida como técnico del Unicaja era necesaria, porque prácticamente no había otra opción. El club de Los Guindos en los últimos años ha sido conservador con sus planteamientos y poco propenso a cambios radicales y eso ha provocado que se le relacione con el término 'inmovilismo', aunque no siempre de manera justa. Ahora ha tenido que llegar el agua al cuello para que se tome la decisión de cambiar al entrenador.
El gran talento individual de la plantilla, sobre todo en ataque, sirvió para tapar por momentos el mal juego colectivo. Llegaban victorias, pero no se veía evolución en el juego ni esa deseada regularidad necesaria para aspirar a algo. Pero es inevitable pensar en que el entrenador no es ni el único responsable ni seguramente el principal. Casimiro no ha funcionado en el Unicaja. El problema es que si miramos atrás, tampoco lo hicieron Aíto García Reneses, Chus Mateo o Jasmin Repesa y la etapa de Plaza, que aportó cierta estabilidad al equipo y se ganó un título europeo, tampoco es que se gestionara de manera brillante.
No hay que olvidar que, por encima del entrenador, de los jugadores o de los directivos, lo más importante es que el club tenga una idea clara, unos objetivos definidos y ambiciosos y un grupo de profesionales que rinda cuentas cuando no se cumplan los mismos. Por eso la reflexión será pobre si se queda en el simple hecho de cambiar al entrenador cuando no llegan los resultados. Hay que empezar a pensar en mejorar o cambiar la forma de funcionar del club, la toma de decisiones o, en un momento dado, las personas que toman esas decisiones.
Mientras tanto, mucha suerte a Katsikaris, un buen fichaje que no lo va a tener nada fácil.
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