Rafa Santos empieza a ver la luz al final del túnel

El 24 de agosto de 2021, en un entrenamiento de la primera plantilla justo antes de los amistosos de pretemporada, se le dobló la rodilla izquierda y y ahí empezó su calvario, con varias operaciones y una recuperación que se ha prolongado más de lo previsto. Ahora Santos tiene 20 años y empieza a ver la luz al final del túnel, dentro de la precaución que conserva él mismo y todo su entorno. Lleva semanas entrenándose en Los Guindos y espera sumarse este 2023 a la competición en el equipo de la EBA, que dirige Jesús Lázaro, artífice de su llegada a la cantera del Unicaja en su primer año de júnior.

Ahora sí, Rafa Santos empieza a sentirse de nuevo jugador de baloncesto. Este base zurdo, excelente director de juego, buen defensor , con una altura notable (por encima del metro noventa) y muy inteligente en la pista, empezó en el baloncesto con apenas 3 años y se formó en en la escuela Simón Calvo de su ciudad natal, antes de pasar al Cordobasket y al Museauto de EBA, donde le dirigió ya Lázaro. Toda su familia está ligada al deporte de la canasta.

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Santos, que contaba con una gran proyección en su salto al primer equipo, tiene aún un año más de contrato y confía en que esta sea la temporada de su relanzamiento. Durante este periodo largo sólo tiene palabras de agradecimiento para su entorno familiar, sus amigos y los fisioterapeutas que le han tratado o le siguen tratando. A día de hoy, las sesiones con ellos continúan siendo largas, y mientras alterna la actividad deportiva con sus estudios de Magisterio de forma 'online' con la UNIR (un centro educativo de La Rioja).

Se puede decir que Santos sólo quiere pisar sobre seguro. De momento ya puede completar entrenamientos de más de una hora y ha empezado a entrar en acciones de contacto con sus compañeros en la pista, justo cuando el EBA ha empezado la pretemporada. El fin de semana llegará el primer amistoso. Rubén Salas ha quedado como el único integrante de su generación (de 2003) en el equipo júnior, y en Málaga, tras dejar la residencia de canteranos del club, vive en un piso con la jugadora del equipo femenino Salomé García.