Proyectos pendulares en el Unicaja

La proclama del griego confirman una vez más, los movimientos pendulares en los proyectos del Unicaja. El construido hace justo dos veranos supuso un rearme de músculo, de físico, cara a compensar carencias vividas en meses anteriores. El cuadro malagueño se hizo con un base y un alero muy atléticos como Josh Adams y Axel Toupane, respectivamente; un 'tres' exuberante, Melvin Ejim, capaz de jugar de 'cuatro'; un ala-pívot como Deon Thompson que a la postre se confirmó como un defensor discreto, y un 'pívot' rocoso, Frankie Elegar que tampoco funcionó, o al que no supieron encontrar lo suficiente los bases en la zona.

Aquel bloque para la campaña 2019-20, a las órdenes de Luis Casimiro, fue de menos a más, pero también impulsado a raíz de las importantes contrataciones de Bouteille, Brizuela, Mekel y Simonovic con la temporada en curso. El equipo fue creciendo y completó una excelente Copa del Rey (finalista ante el Real Madrid) que le pasó factura en lo físico, con numerosas lesiones, antes de detenerse la competición por la pandemia, y en la Fase Final a doce en Valencia estuvo cerca del pase a semifinales, en un duelo a cara de perro ante el Baskonia en el que se malograron varias opciones de victoria.

De aquella plantilla, que acabó ya mostrando cierto desequilibrio entre las prestaciones de los hombres exteriores e interiores, se pasó a otra, la del curso recién acabado, con muy pocas caras nuevas y con la salida de Ejim y Elegar, quizás los dos hombres que le podían aportar más músculo. Desde la pretemporada fue evidente que el desequilibrio, la falta de físico, se acentuaba, pero no se corrigió. El Unicaja fue el menos reboteador de la última fase regular de la Liga Endesa, con 30,6 capturas de promedio, frente a los 37,4 asegurados por el líder, el Real Madrid. Aunque el equipo malagueño, sobrado de tiradores, logró su mejor registro anotador en los últimos veinte años: 83,7 puntos (84,4 contando la Eurocup), tuvo también el peor en defensa en 29 años (83,2). 

Los datos son enormemente elocuentes acerca de un equipo falto de músculo, como se ha encargado de repetir Katiskaris desde incluso su presentación con el equipo. El cuadro malagueño quedó en manos de jugadores con perfiles similares de juego, como Jaime Fernández, Francis Alonso, Brizuela, Waczynski o Bouteille, y de días más o menos inspirados en la anotación de ellos.

Ahora el reto es el rearme en la faceta física. Hacia ahí apuntarán la mayoría de los cuatro fichajes seguros que se prevén: a priori, un base con capacidad para organizar el juego, pero espíritu defensivo; un alero del perfil de Milosavljevic, que tuvo que dejar el club por una grave lesión; un interior que pueda alternar de 'cuatro' y 'cinco' y un pívot intimidador.