La primera vez en todo

La crisis por el coronavirus nos está obligando a afrontar por primera vez muchas cosas. Yo nunca había sido profesor, ocasionalmente amo de casa, pocas veces cocinero y nunca había teletrabajado. Como en muchos aspectos de la vida, nunca se olvida la primera vez y esta experiencia que estamos viviendo y sufriendo será recordada para siempre. En el mundo del baloncesto, los clubes como el Unicaja y las organizaciones que controlan este deporte están sorteando como pueden situaciones inéditas con más o menos suerte o acierto.

Pese a que no hay competición, hemos asistido a una semana cargada de una información trascendental para poder afrontar los próximos meses e incluso la viabilidad de algunos proyectos deportivos. La Liga ACB anunció su apuesta de cerrar la temporada con un torneo de doce equipos en una sede única al tiempo que eliminaba los descensos. La polvareda fue inmediata. ¿Por qué doce y no ocho, como marca el corte de los 'play-off'? Muchos miraron al Unicaja, noveno, que no podía quedarse fuera, pero también al Gran Canaria, que con un partido menos podría mejorar posiciones y desplazar a todos equipos... Menudo lío. En los días previos al anuncio de la ACB, consulté con directivos y directores deportivos de media liga y todos querían jugar, pero que jugasen todos; no unos sí y los otros no. Da la sensación de que ha ganado el grupo de equipos que quería que no se volviese a jugar, clubes que ya en febrero no pagaron a sus jugadores, que nada más pararse la competición los 'empaquetaron' en un avión, que sólo buscaban reducir gastos y que movieron cielo y tierra para hacer frente común, ahorrarse dinero y presionar a la Liga, especialmente con el tema de los descensos. Da la sensación de que han ganado 'los tramposos'.

Mientras en España había una guerra de guerrillas entre los clubes para 'encontrar' una solución que contentase a todos, la Euroliga hacía sus cuentas. Todo el mundo del baloncesto sabía que en cuanto el presidente de la Euroliga, Jordi Bertomeu, realizase un movimiento iba a coger a todos con el paso cambiado. Estaba cantado. Efectivamente, ha retrasado el final de la Euroliga y la Eurocup al máximo para ganar tiempo en todos los sentidos, tanto en preparación de los equipos como en la evolución de la pandemia,que para esas fechas habrá bajado su dureza. Ha sido un movimiento realizado con jerarquía desde la patronal, muy al estilo de la NBA, al tiempo que estableció unas pautas de reducciones salariales para los equipos participantes principalmente en la Euroliga. En la ACB, cada uno ha hecho lo que le ha parecido y se ha echado en falta una unidad de acción. Bertomeu, antes de dar el paso, realizó una rueda de prensa con los principales medios europeos para allanar el camino... Como se suele decir por aquí, es más listo que el hambre.

La Liga ACB quiere jugar desde el 15 de junio y no más allá del 10 de julio. La Eurocup está programada del 4 al 17 de julio, y la Euroliga, del 4 al 26 de julio. Los tres torneos se jugarían en sede única. Como se puede comprobar, es inviable jugarlo todo. El Unicaja, además del Baskonia, Real Madrid, Barcelona y Valencia, tendría que dejar España y la Liga ACB para disputar los torneos europeos cruzándose Europa con un alto riesgo de contagio. Puede darse el caso que alguno de ellos renuncie a jugar la competición española por primera vez. A día de hoy, en Europa siguen activas cuatro ligas (Francia, Alemania, Turquía y España), por lo que habría sido muy fácil llegar a un consenso, pero incluso en medio de la catástrofe que se vive optamos por ser egoístas.

Aquí todo el mundo habla de acabar las temporadas, pero, ¿qué dicen los jugadores? El Zaragoza informó el viernes de que dos de los suyos, Jason Thompson y DJ Seeley, que se marcharon a Estados Unidos en marzo, solicitaron la baja voluntaria al no querer regresar a Europa temiendo por su salud... Pueden ser los primeros en una cascada de renuncias. Cabe ahora hacerse otra pregunta: ¿se permitirá fichar a los equipos que no tengan jugadores si se reanuda la Liga? Sería desvirtuar la competición. En este sentido, la Euroliga fue tajante: los equipos que no tengan jugadores serán excluidos del torneo. Clubes como el Zalgiris desmantelaron sus plantillas, y en el caso del Bolonia, que podría ser rival del Unicaja, casi no tiene jugadores en Italia...

De un tiempo a esta parte, el Unicaja viene haciendo las cosas muy bien en diferentes aspectos como la sección femenina, organización del club, gestión deportiva (con buenos fichajes para cubrir imprevistos) y también a nivel de resultados, porque hace sólo dos meses y medio estábamos celebrando la clasificación para la final de la Copa del Rey. En esta situación nueva que se ha encontrado, ha actuado de forma sobresaliente. Primero mantuvo los sueldos durante un mes y luego aplicó una rebaja salarial mínima a los que más cobran, que evitó un ERTE al resto de los casi 100 empleados de las dos sociedades (Baloncesto Málaga y Unicaja Sociedad Deportiva).

Se nos va a hacer raro no poder ir los fines de semana o ver los encuentros europeos en el Palacio, pero los partidos sin público van a formar parte de esa nueva realidad que nos espera. La pregunta es cómo sobrevivirán los equipos a nivel anímico, sin esos aficionados apretando cuando surgen las dudas, cuando el rival aprieta o cuando hay que presionar al árbitro de turno. Será casi un deporte distinto porque el baloncesto sin público no es lo mismo.