El Unicaja, ante otra prueba en Andorra para calibrar sus aspiraciones

Es un partido que el Unicaja debe sacar adelante dentro de su particular reconstrucción; de los que debe ganar. Lo tendrá complicado porque, aunque el Andorra es tercero por la cola en la Liga Endesa, es un equipo en línea ascendente. Ha ganado tres de los últimos cuatro partidos y sólo cedió ante el Valencia por un punto (75-76). El miércoles solventó su duelo de la Eurocup ante el Trento sin demasiados problemas y mostrando un juego cada vez más sólido.

La reconstrucción que sufrió la plantilla que dirige Ibon Navarro, con numerosos fichajes, está quizá detrás de este arranque irregular. Llegaron jugadores de un perfil alto, como el ala-pívot Amine Noua, el base Miller-McIntyre, el alero Drew Crawford, el pívot Conor Morgan, el 'cinco' Víctor Arteaga, y el joven Mario Nakic, un alero serbio formado en la cantera del Real Madrid. Todos, menos Arteaga, Morgan y Nakic carecían de experiencia en la Liga Endesa y eso siempre es un lastre.

De entrada, el Andorra someterá al Unicaja a otro examen físico, pues la mayoría de esos jugadores tiene un perfil atlético muy fuerte que refuerza Babatunde Olumuyiwa, un 'tanque' que seguro creará problemas. Como ya sucedió en otros partidos, Miller McIntyre y Crawford, dos jugadores con gran capacidad de desborde, además del desequilibrante Clevin Hannah, volverán a calibrar la capacidad defensiva de la línea exterior.

El Unicaja, pese a las dos derrotas que ha encadenado en la Liga Endesa, ha mostrado actitud para competir, como se vio ante el Barcelona, ante el que pagó su irregularidad al comienzo del choque.

Katsikaris ha puesto el foco en la necesidad de salir con concentración a los partidos, pero, por el motivo que sea, a su equipo le cuesta. Esta tarde tiene otra prueba y conviene que la saque adelante para que no tenga que echar el lápiz y hacer cuentas ya con vistas a la Copa del Rey. El equipo malagueño tiene dos partidos en 48 horas, así que está por ver si el técnico varía una rotación en la que Rubén Guerrero y Suárez casi no han contado.