Secciones
Servicios
Destacamos
El interés que despierta la Copa del Rey de baloncesto es difícilmente equiparable. Sin duda es la competición de resultado más incierto aunque, no hay que llamarse a engaño, suelen ganar siempre los mismos salvo en contadas e inolvidables ocasiones.
En un formato de competición como este los equipos que vayan superando los cruces y lleguen a la final van a jugar tres partidos en tres o cuatro días, lo que beneficiará y volverá a dar ventaja a los favoritos de siempre y a los equipos de Euroliga en general ya que, independientemente de sus enormes potenciales y grandes presupuestos (o gracias a ellos), cuentan en sus plantillas con 15 o 16 jugadores de primer nivel. Hablamos del Real Madrid y Barça, cómo no, y también del Valencia Basket. Sin embargo, y es algo a considerar como les puede afectar, la actual Euroliga es somete a una gran sobre carga de viajes y partidos que con llevan la máxima exigencia física y de desgaste mental.
El Real Madrid, líder de la Liga Endesa y máximo favorito al título por, entre otras muchas razones, haber rozado la excelencia en el juego gran parte de la temporada, irá aparentemente por el lado más amable del cuadro, de ganar sus partidos evitarían al anfitrión y al Barcelona. Tavares parece ya plenamente recuperado, que era la máxima preocupación de Chus Mateo, que junto a Campazzo conforman la pareja de moda del baloncesto europeo. Se cruzará con el equipo de Sito Alonso, el UCAM Murcia, que es a día de hoy una de las revelaciones de la temporada y que ya sabe lo que es derrotarles. Se presenta como un choque desigual, donde se medirán el derroche de talento y poderío físico madridista frente al hambre y la ambición de un equipo compacto, duro y de carácter indomable que venderá muy cara la derrota.
El Barça y el Baxi Manresa. El equipo azulgrana, pese a tener que superar dudas y algunos momentos de falta de credibilidad mantiene intactas sus aspiraciones en todas las competiciones pendientes, a lo que se le añade el reciente subidón de recuperar para el baloncesto, aún sin fecha prevista de reaparición, al genial Ricky Rubio. Los manresanos ya ganaron en el Palau en el choque de la primera vuelta y cerca han estado de hacerlo otra vez justo antes de llegar a la Copa que, con uno de los presupuestos más bajos de la Liga Endesa, van a intentar poner a prueba de nuevo el proyecto de Juan Carlos Navarro y la solvencia de un Roger Grimau que aún anda falto de crédito acorde a las exigencias de su club, ese que solo se gana con éxitos en las grandes citas o cuando hay un título en juego. Un partido trampa para el Barcelona por su enorme superioridad física y técnica y por la obligación de ganar que tendrá frente a un rival con un peligroso enemigo sentado en su banquillo y curtido ya exactamente en mil batallas, un tal Pedro Martínez que intentará echarles encima toda esa presión y mucha más.
Esta eliminatoria probablemente se presenta como una de las más reñidas, el equipo valenciano va superando como buenamente puede y con más irregularidad de la que le gustaría el alternar la exigente Euroliga y la Liga Endesa, sembrando en el camino muchas dudas y también algunas certezas, aunque su 'roster', verdaderamente envidiable, lo convierte per se en un temible contrincante. Por su parte, el Gran Canaria de Lakovic, que se viene reivindicando ya como uno de los grandes entrenadores de la competición española, es uno de los equipos más en forma de la Liga Endesa desarrollando un juego alegre, con mucha confianza y de máxima intensidad, logrando uno de los mejores balances de victorias en este último tramo de temporada junto al Lenovo Tenerife y al Unicaja, a pesar de su reciente y contundente derrota en Palencia.
Los malagueños se cruzarán, una vez más, con el equipo de Tenerife en lo que será la reedición de la última final de la Copa del Rey de gratísimo recuerdo sobre todo para una afición que ha renovado su autoestima perdida. El actual campeón continúa haciendo historia ésta temporada, no solo por esa racha espectacular de 14 victorias consecutivas sino también por el gran juego que viene desarrollando, por lo que resultará apasionante comprobar si ha llegado el momento de que este Unicaja pueda romper de una vez por todas con los antecedentes históricos que gafan al anfitrión o con las remotas probabilidades matemáticas de poder repetir título frente al tradicional dominio abrumador del Real Madrid y Barça.
Los tinerfeños por su parte, tras un pésimo comienzo de temporada, llegan con un gran balance de victorias, algunas de mucho mérito como la lograda recientemente en el Santiago Martín ante el Baskonia.
Una clásica rivalidad entre dos equipos que se conocen a la perfección en la que, salvo por pequeños detalles que pueden resultar decisivos, nos dejará poco margen para grandes sorpresas.
El Unicaja por medio de la amplia rotación de todos sus hombres, intensidad defensiva y el control del rebote intentará imponer y someter al rival a un alto ritmo de juego, pleno de energía y frescura, para ir de menos a más, con posesiones cortas, rápidas transiciones y contraataques, ya sea después de rebote o recuperación de balón, tras canasta, saque de banda o fondo, sin renunciar a una buena selección de tiro. El Tenerife, por su parte, opondrá calma en ataque, buenos balances defensivos y faltas tácticas para que el Unicaja no juegue a campo abierto y corra las menos veces posibles la cancha en cada cuarto, para llevarlo siempre que pueda al cinco contra cinco donde no se encontrará tan cómodo.
El Unicaja se enfrenta a una de las mejores lecturas del bloqueo directo de la Liga, con la amenaza de las ventajas que genera Marcelinho que, sin ser un gran tirador, le permite anotar en momentos importantes de partido y, sobre todo, asistir y crear para sus compañeros, muy especialmente sincronizadas con Shermadini en sus continuaciones hacia el aro y que, en las más cortas o desde el poste alto, el gigante georgiano buscará asistir a sus compañeros en la línea de fondo o en las esquinas, sin olvidar a Diop y Ristic, este también desde el triple, tras el 'pick and pod'.
Txus Vidorreta conocedor del ritmo que intentará imponer el Unicaja repartirá los 40 minutos entre sus hombres grandes y también pequeños, principalmente para que Shermadini y Marcelinho se encuentren en las mejores condiciones posibles en los momentos decisivos del choque. El Unicaja, por su parte, será constante en su habitual trabajo de desgaste para que el partido les acabe resultando muy largo y su balance defensivo vaya decayendo poco a poco.
El Lenovo Tenerife prefiere mantener posesiones más largas y jugar con pausa, se pasa muy bien el balón y cuenta con eficaces automatismo adquiridos a lo largo del tiempo y de las temporadas que llevan juntos muchos de sus jugadores y su entrenador. Lo que aprovechará Marcelinho gracias a esa buena lectura en el 'pick and roll' y dirección del juego hacer sentir al Unicaja dependiente del acierto de su equipo y también desde el triple. Para contrarrestarlo, el Unicaja deberá evitar que sus tiradores vayan adquiriendo confianza desde el principio, ya se trate de Tim Abromaitis como 'cuatro' o falso cinco; Kyle Guy, que sabrá aparecer en situaciones complicadas; Salin, en una de sus buenas rachas o la determinación en momentos puntuales de Bruno Fitipaldo o Joan Sastre.
El Unicaja llega a esta Copa del Rey como uno de los rivales a batir, viene avalado por una racha triunfal de victorias consecutivas en la liga y un dominio abrumador en la Champions, es además el equipo anfitrión, por lo que va a defender el título ante los suyos y sabiéndose capaz de ganar, como ya lo ha hecho, a cualquiera. Debe, por tanto, saber dominar la sobremotivación que pueda suponer todo esto, conservando la calma, la paciencia y sangre fría que le ayuden a superar las dificultades y los momentos complicados, que los habrá. Manteniéndose siempre fiel a sus señas de identidad y al baloncesto que le ha traído hasta aquí, sin complejos independientemente de quiénes sean sus rivales y con la confianza y propuesta de juego valiente que ya le caracteriza.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Ignacio Lillo | Málaga
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.