Póker de victorias fuera ante rivales de Euroliga

En el segundo cuarto hubo imprecisiones y pérdidas por ambas partes, pero el Unicaja comenzó a dominar el rebote en los dos aros, a tener segundas oportunidades y a poder correr lo que le permitió anotar en sus llegadas en transición y a encontrar tiros liberados, con puntos de Cárter y con Taylor y Thomas atacando le debilidad defensiva de Brizuela y de Willy Hernangómez.

En el tercer cuarto el Unicaja poco a poco se iba adaptando mejor al partido, aún sin mucha brillantez pero jugando con más paciencia el cinco contra cinco, controlando las pérdidas y mejorando defensivamente, encontrando al mejor Lima en mucho tiempo que no sólo ayudaba en defensa, sino que también ofrecía en ataque asistencias, circulación de balón, rebote y puntos oportunos. Y la aparición de Kalinoski controlando fantásticamente bien a hombres como Abrines y culminando con acierto los ataques del equipo malagueño.

En el último cuarto reinó la igualdad, los dos equipos ya se empleaban a fondo. Grimau, a pesar del acierto de Brizuela, lo dejaba ya sin minutos y rotaba mucho menos, apostando por quintetos de más confianza, consistencia y perfil más defensivo, dándole a Parker, el mejor del Barça, el último balón para ganar el partido que frustró un taponazo de Ejim. Y en el que acabó imponiéndose un Unicaja por su mayor frescura, poderío físico, dominio del rebote, mejor mentalidad y aportación de su banquillo para lograr también un póker de victorias fuera de casa contra los equipos españoles de Euroliga.

¡Ahí es nada!