El peor comienzo de la última década

Duodécimo, con cuatro triunfos, cinco derrotas y un -13 en el 'basket average'. No ha habido peor comienzo liguero del Unicaja desde la temporada 2009-10, a las órdenes de Aíto (un curso antes del de su destitución en enero). Siendo pronto para dar un valor exagerado a este dato, sí resulta del todo sintomático de que algo no carbura en el actual proyecto del club malagueño, con una tendencia paulatina temporada a temporada a alejarse de la élite en la ACB.

Sólo hay un arranque comparable al 4-5 actual, el de hace dos años, el último ejercicio con Joan Plaza y con el peso añadido de la participación en la Euroliga, un torneo que nada tiene que ver con la exigencia de la Eurocup, aunque en ambos casos se dé una alta carga de partidos y considerable frecuencia de viajes entresemana. Incluso, aquella campaña el 'basket average' del conjunto malagueño era muy superior al actual, con un +41(-13 actual).

Por tanto, hay que retroceder a la Liga 2009-10, a un 3-6 con Aíto, que tenía a estas alturas al equipo duodécimo en la tabla clasificatoria y sin que a la postre se clasificase para la Copa del Rey en el Bizkaia Arena. Evidentemente, este riesgo no existe ante la condición de anfritrión del club malagueño en el torneo de febrero. De otra forma, el problema empezaría ser ya el centro del debate a ocho jornadas para el cierre de la primera vuelta y; por ende, para el corte cara cara a la ansiada Copa.

¿Hasta qué punto resulta preocupante este comienzo, en un calendario no especialmente minado por rivales difíciles? La clave fundamental pasa por el bajo promedio anotador del equipo, que lo condena a defender de forma sobresaliente para ser competitivo. Su promedio es de 72,2 puntos, pero en Andorra su escasa aplicación le llevó a encajar 89.

El Unicaja de la pasada campaña incurría en un comportamiento demasiado errático al depender en exceso de sus tiradores. Contaba con numerosas opciones exteriores, pero lo pasaba mal en las ocasiones en que su porcentaje de acierto desde el perímetro era bajo. Si entonces casi siempre solía irse a tanteos muy altos, ahora sucede justo lo contrario. El cuadro que entrena Luis Casimiro cambió de manera radical el diseño de la plantilla, con jugadores de físico exhuberante y más poderío interior, y ya desde la pretemporada se hizo patente la diferencia en los marcadores, con una rebaja sensible en los promedios ofensivos que se ha mantenido en la competicion oficial, al menos en la Liga ACB, porque en la Eurocup su media anotadora se eleva a 83.

Pero la primera fase de la Eurocup es una referencia poco real cara a medir el nivel de este Unicaja, incluso de los que pueden convertirse en sus rivales más serios cara a la lucha por el título en el torneo o el acceso a las rondas finales. El problema de la anotación es, además, la consecuencia de carencias del juego como la baja cifra de asistencias, las elevadas pérdidas y la mala circulación del balón que se produce en ataque.

Este Unicaja pobre en ataque también cojea en el puesto de base, algo que se viene repitiendo en las últimas temporadas. Las molestias en un talón (que aconsejan incluso el paso por el quirófano) de Jaime Fernández, jugador referencia en el arranque de la temporada anterior, se unen a la irregularidad mostrada por Adams, un hombre llamado a marcar diferencias, y a la lesión que ha sufrido Alberto Díaz, que ha estado tres semanas sin jugar.

Con el pase al 'Top 16' de la Eurocup asegurado, el Unicaja comenzará a pensar hoy en el viaje de mañana a Estambul para medirse al Galatasaray. Será una cita clave para poder asegurar el liderato, con tres jornadas pendientes. Pero en el horizonte la preocupación estriba en levantar el vuelo en el torneo doméstico, con las citas próximas en casa ante el Bilbao Basket (sábado 20.30 horas) y el Herbalife Gran Canaria (sábado 7 de diciembre, a las 20.30) y, entre medias, la visita al San Pablo Burgos (sábado 30, a las 18.00). Además, estas dos últimas citas llegarán sin la carga de encuentros entresemana que implica competir en la Eurocup.