Mario Saint-Supéry es el jugador del momento en el baloncesto español. El canterano del Unicaja, cedido en el Baxi Manresa, está en boca de todos. No es por casualidad. Tiene talento y carácter competitivo al más alto nivel. Se trata de algo difícil de ... encontrar en un jugador de sólo 18 años y esto explica muchas de las cosas que está viviendo y protagonizando en los últimos meses.
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Saint Supery acaba de ser convocado por primera vez con la selección absoluta. Anteriormente ya acudió a la cita con los 'mayores', pero lo hacía en calidad de invitado. Ahora llega por pleno derecho y como referente de una generación que debe asumir ese relevo de un grupo de jugadores que ha convertido al baloncesto en el deporte de equipos más productivo a nivel de títulos que ha tenido el deporte español. El malagueño quizá no tiene el cartel de otros jugadores de su generación, año arriba, año abajo, pero sí ha tenido una progresión controlada y con minutos. Primero se dejó ver en el Unicaja y las categorías inferiores de la selección (fue el MVP del Europeo sub-16), dominó en la LEB Oro con el Tizona Burgos hasta quedarse a un paso del ascenso a la ACB y, ahora en la máxima categoría está dando continuidad a esa progresión con buenas actuaciones en el Baxi Manresa.
Scariolo y la Federación han monitorizado una carrera bien gestionada por el Unicaja, que lo blindó hasta 2028. El club cajista logró convencerle de que lo mejor para él era continuar en España y descartar el salto a Estados Unidos para jugar en la NCAA, donde muchos de su generación están ganando mucho más dinero, pero involucionando a nivel deportivo. La realidad es que vuelven peores jugadores, como se ha apreciado en los resultados de algunas selecciones inferiores el pasado verano. Saint-Supéry en esto es un aventajado, en parte por la confianza ciega que Diego Ocampo tuvo en él, primero para llevárselo al Tizona y, luego, para reclamar su cesión en el Baxi Manresa.
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Ese ecosistema del club pequeño y familiar que es el conjunto catalán parece el entorno perfecto para que el escolta malagueño siga creciendo. Juega más de doce minutos por partido y ya ha protagonizado alguna actuación destacada, como el pasado fin de semana en la victoria de su equipo ante el Covirán Granada, ante el que firmó 12 puntos y 3 rebotes con sólo un fallo en los lanzamientos. En el Nou Congost se ha metido a la gente en el bolsillo. Directivos, técnicos y aficionados están encantados con él, en parte porque es un jugador que transmite.
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Esta cesión al Baxi Manresa y la llamada de Scariolo, experto en detectar el talento, confirman que Mario Saint-Supéry está en el camino correcto. Al malagueño le queda por dar el último paso, el de convencer al Unicaja que debe hacer el camino de vuelta y estar en la primera plantilla la próxima temporada. Esa es la idea, pero a día de hoy no es fácil hacerse un hueco en un equipo tan sólido y ganador.
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