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Los peligrosos precedentes del parón para el Unicaja

Será clave cómo responda el equipo ahora, pues los desplomes de las dos últimas temporadas llegaron después de la primera ventana de selecciones con lesiones y malos resultados

Miércoles, 16 de noviembre 2022, 00:05

El Unicaja celebra hoy el primer entrenamiento al completo con toda su plantilla desde que el pasado 6 de noviembre se impuso al Granada en el Palacio de los Deportes. El regreso de los internacionales devolverá la normalidad a la actividad del equipo, pero esto ... no es sinónimo de tranquilidad. Los encuentros de selecciones de estos días atrás han partido al equipo por la mitad en términos de ritmo, carga de trabajo, minutos de partidos y viajes. En las últimas dos temporadas, las ventanas de selecciones tuvieron un impacto demoledor en la trayectoria del equipo malagueño y marcaron la frontera entre una mala campaña y una pésima, tanto que supuso el principio del fin de Luis Casimiro y Fotis Katsikaris como técnicos del Unicaja.

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¿Cómo pudo influir tanto el parón? Es evidente que aquellas plantillas tenían defectos en su confección, pero también hubo lesiones y todo junto acentuó una tendencia negativa que se palpaba desde hacía tiempo. La pasada temporada, el primer parón por los partidos de selecciones fue más tarde, entre el 20 de noviembre y el 6 de diciembre. El Unicaja retomó la competición ganando en Sevilla al Betis 73-79, pero luego perdió contra el Real Madrid y el Joventut. Al margen de lo deportivo, ahí ya llegaron las primeras diferencias con Norris Cole, que terminó siendo cortado. Escoció mucho la derrota ante el Lavrio en Grecia en la Champions para cerrar el año. El 2022 comenzó con una paliza al Zaragoza que fue un espejismo antes de la debacle total en enero y la confirmación que no se jugaría la Copa con derrotas ante el Valencia y el Cluj Napoca, en la Champions, y también en Bilbao. Dos semanas después, Katsikaris era relevado de sus funciones y se fichó a Ibon Navarro.

En 2020, peor todavía

El caso es que un año antes, en noviembre de 2020 sucedió lo mismo, con el agravante de que entonces el Unicaja tuvo más jugadores citados. En ese momento quizá fueron más las lesiones que el parón, pues por ejemplo, las repetidas ausencias de Gal Mekel obligaron a un esfuerzo extra a Alberto Díaz. El Unicaja llegó al parón sumando cuatro victorias seguidas tras vencer el 22 de noviembre al Estudiantes 90-92. Afrontaba el parón con los deberes hechos, la Copa encarrilada y buenas sensaciones. Cuando retomó la competición venció al Murcia 102-81 el 6 de diciembre, pero ya tenía a Jaime Fernández, Alberto Díaz y Bouteille lesionados.

El final de año fue una pesadilla, con derrotas frente al Real Madrid, en la capital de España, y Ratiopharm Ulm, Fuenlabrada y Betis, en Málaga. Ya no levantó cabeza y comenzó el 2021 perdiendo nueve partidos seguidos. Casimiro fue destituido y la llegada de Katsikaris tampoco supuso un cambio radical, en parte por la falta de refuerzos de garantías.

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Así que ahora el objetivo es que la historia no se repita. Es evidente que el actual Unicaja tiene una plantilla que sobre el papel es más sólida, pero las dinámicas son imprevisibles. Para empezar ya tiene a un jugador tocado, Perry, y varios con cargas extras de viajes, partidos y poco descanso. Gestionar los esfuerzos y utilizar las rotaciones son algunas de las soluciones, pero el calendario no da tregua y ahí es donde se verá la verdadera consistencia del equipo.

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