Un Unicaja a ráfagas

Desde el inicio, se evidenció el pulso táctico: el Unicaja apostó por la velocidad y la ejecución rápida, mientras que Breogán buscó el control y el juego en media pista. Con Hilliard liderando a los locales y un hiperactivo Tyson Pérez en el otro lado, el primer cuarto fue un intercambio de golpes sin un dominador claro.

El segundo periodo trajo la primera escapada malagueña. Tillie abrió el campo y Carter castigó con su talento individual, aprovechando la mejoría defensiva del Unicaja y el desacierto de Breogán. El dominio en el rebote y el acierto exterior dejaron a los de Ibon Navarro con una renta de ocho puntos al descanso.

Pero el Breogán resurgió con intensidad tras el paso por vestuarios. Un parcial de 11-2, con Vila y Hilliard al mando, puso en jaque a un Unicaja en desconexión, que se vio superado en defensa y en el rebote. A pesar del esfuerzo de Taylor y los triples de Perry y Kalinoski, el tercer cuarto fue de claro color local con 28 puntos anotados, demasiados.

En el desenlace, el Unicaja apostó por un quinteto más defensivo, pero el Breogán mantuvo la calma y controló el ritmo que más le convenía. Tillie y Kravish dieron la última ventaja a los visitantes, ya expensas de destellos de calidad de alguno de sus hombres, pero Vila emergió como héroe local, acompañado por un incansable Sakho. Una pérdida inexplicable del Breogán, no aprovechada por el Unicaja, y un rebote ofensivo de Atic sentenciaron la victoria lucense en un final dramático.

Breogán, con solo nueve jugadores, ganó la batalla táctica y firmó una victoria de mérito ante un Unicaja que, pese a sus fogonazos, nunca tuvo el control del partido.