Un ambientazo el que vivimos en el Carpena el viernes en la primera jornada de la Final Four de la BCL y una organización también un poco superada (aún les queda para igualarse a sus adversarios de la Euroliga). Y es que los cánticos de ... unos aficionados israelíes enfervorizados ya llenaban las calles de Málaga desde el jueves y llegaban en formación a un Carpena convertido por momentos en el Jerusalem Arena en su partido de semifinales con el Lenovo Tenerife produciendo un colorido y ruidoso escenario que ya espoleaba a la buena afición del Unicaja asistente que, aunque venía a darlo todo en apoyo de los suyos, también animó por momentos a los canarios.

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Si el Unicaja tenía un objetivo claro esta temporada, además de hacer olvidar a sus aficionados la nefasta temporada anterior reconstruyendo su proyecto deportivo, era la Champions, una apuesta decidida del club que les obligaba a abandonar después de muchos años el paraguas de la Euroliga a través de su participación en la Eurocup.

La pugna de décadas entre la Euroliga y la FIBA ha hecho que se repartan fuerzas entre sus distintas competiciones (Eurocup y BCL) y que equipos españoles tengan a día de hoy mayores oportunidades de hacerse con un título europeo, como ya pasaba a finales del siglo XX y principios del XXI con la desaparecida Copa Korac.

Sin embargo, las expectativas no se han cumplido y esa final esperada entre el Unicaja y el Tenerife se ha convertido en la disputa por el tercer y cuarto, en la que deportivamente no hay absolutamente nada en juego, pero, eso sí, donde solo el cuarto clasificado se queda sin premio económico. Ni Vidorreta ni Navarro tendrán interés alguno en desplegar su arsenal táctico ni quemar muchos recursos ante el rival más importante de la temporada por todo lo que está en juego aún entre ambos en la Liga Endesa, la inminente disputa por la ventaja de campo en unos 'play-off' que darán paso al ganador de unas semifinales de la Liga ACB. ¡Ahí es nada!

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Teníamos mucha curiosidad por ver en directo a este Telekom Bonn que lidera la Bundesliga por delante de dos rivales de Euroliga, el Bayern Múnich y el Alba Berlín, lo que ya nos avisaba de las bondades de su juego y del impacto incipiente desde el banquillo de Tuomas Iisalo, un entrenador joven finlandés que ayer se convirtió en unos de los grandes protagonistas del partido contra Unicaja.

El Telekom Bonn con menos profundidad de banquillo y una rotación más corta, de apenas ocho o nueve jugadores, muy dependiente de la capacidad de anotación y creatividad de su pequeño base, TJ Shorts, que lo bordó casi todo el encuentro (no se trata tanto de ser más alto como de ser verdaderamente bueno) hasta esa fatídica serie final de tiros libres que abrió la última oportunidad de victoria al Unicaja. Sus hombres supieron interpretar a la perfección las consignas de su entrenador hasta el límite de su fuerzas para impedir en todo momento que el partido discurriera por donde quería el Unicaja.

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La defensa de Malcolm, un hombre que roza los dos metros, sobre Perry adelantado la defensa de su equipo en toda la cancha, intentando controlar el ritmo de partido, impidiendo las rápidas transiciones del Unicaja y que anotara con facilidad tras rebote defensivo para llevarlo así, todo el tiempo posible, al cinco contra cinco, donde nunca se encontró cómodo. Lo que no permitió al Unicaja, ni este consiguió desplegar, el juego colectivo al que nos tiene acostumbrados o la inspiración de ningún de sus hombres que pudieran resultar al fin y a la postre decisivos, con porcentajes en el tiro de tres puntos que apenas superaron el 20 %, lo que resultó absolutamente determinante.

El Telekom Bonn desarrolló en todo momento un baloncesto moderno, sencillo y rápido, fundamentado en las penetraciones de su eléctrico base que sabía encontrar ventajas para anotar o asistir a sus compañeros que, mientras conservaban sus fuerzas anotaron con buenos porcentajes, y sobre todo con una gran disciplina táctica defensiva fruto del buen trabajo de 'scouting' y conocimiento de su rival, aunque empañada por el espionaje que hicieron sus ayudantes durante el partido en los tiempos muertos de Ibon Navarro a través de la señal de televisión, algo inaudito que abre un apasionante debate ético en cuanto a lo que supone la intromisión en un espacio íntimo entre entrenadores y jugadores y, por cierto, ya discutido en la NBA.

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Pero Iisalo ya suena para retos importantes de futuro en la mismísima Euroliga, un finlandés que se va haciendo un hueco importante entre aquellos entrenadores que atesoran un futuro prometedor y ayer nos dejó una buena muestra de su talento, demostrando el motivo de las magníficas temporadas que viene realizando tanto en la Bundesliga como en esta BCL, doblegando a un Unicaja teóricamente superior y en una cancha como la del Carpena, que sabe como nadie ponérselo muy difícil a sus rivales.

Pero para nada esta derrota y esta decepción de perder la gran oportunidad de ganar este título europeo ante una afición absolutamente entregada empaña la temporada del Unicaja.Es imposible ganar siempre y las derrotas vienen para reducir el margen de error en el futuro y para aprender. No hay grandes victorias sin derrotas previas, y ahora toca poner los pies en el suelo y reemprender la marcha confiando al máximo en el buen trabajo realizado para afrontar un final de temporada que se presume verdaderamente apasionante.

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