Tensión y nervios en los primeros compases del partido propios de la asignatura pendiente que suponía ésta para el Unicaja y de una final tan ansiada para ambos contendientes. Pero el equipo malagueño comenzó a imponer poco a poco su ritmo de juego a través ... de una de sus más importantes señas de identidad, agresividad defensiva en el uno contra uno y ante uno de los mejores 'pick and roll' de Europa, obteniendo recuperaciones de balón y dejando en tan solo 10 puntos a su rival en el primer cuarto. El Tenerife, por su parte, colapsaba su zona, pasaba por detrás los bloqueos directos y en todo momento prefiriendo que el Unicaja lanzara de fuera a que consiguiera anotar en contraataque o transición. La aparición de Kravish en el segundo cuarto con sus continuaciones y tiros de media distancia, que para el para él son como bandejas, y dos triples casi consecutivos unidos al control del rebote, las continuas recuperaciones de balón y la aparición de Carter hicieron que el Unicaja cada vez se sintiera más cómodo, empezara a correr y a ampliar las diferencias. El Tenerife sufre mucho para anotar y ni Marcelinho ni Guy sienten buenas sensaciones en ataque, por lo que no logran buenos tiros para ellos, ni su habitual creatividad para conectar con Shermadini o lograr tiros liberados para sus compañeros. La salida del tercer cuarto de Djedovic, con tres triples casi consecutivos, y una técnica por pura impotencia a Kyle Guy parecía que dinamitaban definitivamente el partido. Un oportuno tiempo muerto de Txus Vidorreta hizo volver a la cancha a su equipo tomando muchos más riesgos defensivos que sorprenden al Unicaja, forzándole a cometer errores en el tiro y pérdidas de balón que el Lenovo Tenerife sabe aprovechar con un parcial de siete a cero, respondidos por Carter y Barreiro a la finalización del cuarto. Sin necesidad de hacer un partido brillante en ataque, el Unicaja siguió controlando en el último cuarto el marcador y el ritmo de partido a través principalmente de su defensa, pero, como en un partido de tenis, al Unicaja le costó gestionar la presión de rematar la victoria y llevarse para Málaga un merecidísimo título ante un rival que nunca estuvo dispuesto a rendirse a pesar de las dificultades. Perry se desquitó y el Unicaja fue un merecido ganador. ¡ENHORABUENA!

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