En Badalona, cuna del baloncesto español y en una Copa del Rey verdaderamente espectacular hemos disfrutado del ganador más meritorio de toda su historia. Porque el UNICAJA ha sido capaz de eliminar al Real Madrid y al Barcelona en el mismo torneo, los dos equipos ... más importantes de Europa y del baloncesto no NBA y porque este hecho insólito lo ha sabido rematar frente al Lenovo Tenerife, un equipo con mucha experiencia que mantiene en los últimos años una trayectoria ascendente y consistente, alcanzando títulos y ofreciendo a los buenos aficionados un gran baloncesto.

Publicidad

Llegar a la final suponía afrontar mental y físicamente un partido muy distinto a los anteriores, en los que se había jugado con estrategia, valentía y carácter contra rivales que se sabían muy superiores en potencial y presupuesto y que por ello tenían que soportar la máxima presión, pero después de este hito histórico el UNICAJA tenía que sobreponerse, en primer lugar, a las lesiones, a los golpes y al cansancio, pero también a la presión añadida e inevitable que suponía después de lo conseguido, hasta el momento, la obligación de no desperdiciar la oportunidad de rematar tan brillante faena.

El Tenerife intentaba imponer su ritmo, lento y calculado, apurando las posesiones sin precipitaciones e intentando en el más famoso Pick and roll del baloncesto español, Marcelinho & Shermadini, imponer su supuesta superioridad interior y a partir de ahí conseguir tiros liberados de sus mejores tiradores. Y por su parte el UNICAJA iba un poco a trompicones, sin mucho acierto, pero agarrándose al partido gracias al dominio absoluto del rebote y las segundas oportunidades que esto le ofrecía.

Tuvo que alcanzar el Tenerife la máxima diferencia en el marcador para que el UNICAJA se desprendiera de una vez por todas de esa presión y empezara a encontrarse a sí mismo y a los valores más importantes que ha ido mostrando a lo largo de esta brillante mitad de temporada, recuperando la alegría en el juego y el acierto en el tiro exterior com hombres como Kalinoski y de un Cárter MVP para igualar y después dinamitar definitivamente el partido.

Publicidad

Han bastado apenas 7 meses para que a partir de un cambio tremendo en la plantilla, con decisiones muy difíciles de tomar, este UNICAJA haya conformado un grupo humano solido, con una química especial envidiable, que para sí quisieran muchos, un equipo con mayúsculas hipercompetitivo, liderados por un entrenador y un staff que han sabido gestionar brillantemente a sus jugadores y sus recursos , haciéndoles sentir a todos participes y responsables del juego, repartiendo confianza y roles en los que toda han creído desde el principio, lo que es muy difícil, pero que les permite mantener un altísimo nivel de intensidad y esfuerzo durante todo el partido, lo que hace de él un equipo tan imprevisible, donde todos se sienten capaces de aportar, como infranqueable, repartiendo la brillantez del juego entre ellos dependiendo del partido y sus circunstancias.

Y todo estos valores se transmiten a la velocidad de La Luz desde la cancha a la grada, habiendo consiguido sacar a la afición del ostracismo, llenando el Carpena, y recuperando la autoestima perdida e importantísimo papel que ella sabe como nadie ejercer.

Publicidad

El UNICAJA no solo ha ganado por segunda vez este gran título sino que además su proyecto ha dado muchos pasos adelante, añadiendo a las virtudes que le trajeron hasta aquí una riqueza técnica y táctica encomiables que demuestran que no solo aún está en pleno crecimiento sino que también sabrá darnos en lo sucesivo muchas más alegrías.

¡QUÉ PASADA DE EQUIPO! ¡ENHORABUENA!

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad