Pablo García: «Sigo preparándome para cumplir mi sueño de entrenar un día al Unicaja»

–Pasa de un equipo modesto al que hizo campeón de Liga a un clásico de la competición mexicana en el que solo vale ganar...

-Me guía la ilusión, la que no quiero perder nunca. Creo que eso es lo fundamental en la vida, pero en mi mundo más. Mi pasión es el baloncesto y me siento afortunado de tener estas oportunidades después de decidirme a dar el salto a México, como una especie de salir de la zona de confort para emprender nuevos retos. Creo que a día de hoy puedo decir que acerté, porque me estoy labrando el futuro en un país que me acogió con los brazos abiertos y a día de hoy me lo ha dado todo. Tras ganar la Liga con el Abejas tuve varias ofertas, algunas incluso de varios equipos europeos, pero la de Fuerza Regia era irrechazable por el reto que supone para mí.

-Fuerza Regia ha ganado sus cuatro Ligas en los últimos siete años, lo que quiere decir que le exigirán lo máximo...

-Por eso me atrajo tanto la oferta del equipo de Monterrey, porque voy a un equipo ganador donde la ambición es máxima. El Fuerza Regia aspira a todo y yo quiero cumplir ese objetivo también.

-Pero por primera vez en su carrera los objetivos son muy distintos...

-Es que, para que se entienda, el Fuerza Regia es como el Real Madrid o el Barcelona en España, al que siempre se le exige ganar los títulos (en México domina el palmarés junto a Soles de Mexicali y Halcones de Xalapa, con cuatro títulos cada uno). Es para mí el mayor reto, y si le digo la verdad esta vez siento que hago un triple salto mortal sin red, pero me atrae esta idea y ya tengo ganas de empezar a trabajar para preparar una temporada muy dura. Empiezo otra vez de cero y eso me motiva bastante.

-Han cambiado ciertas normas en la LNBP, ¿no?

-Sí, la principal es que el pasado año los equipos podían contar con cuatro extranjeros y en esta nueva campaña se pueden tener hasta seis, así que imagínese el nivel que va a tener este año la Liga... Hay que tener en cuenta que allí hay muchos mexicanos-americanos, por lo que ahora habrá muchos más que aumentará el potencial de todos los equipos.

-¿Es el Fuerza Regia el equipo de mayor presupuesto?

-No, somos el segundo equipo, el primero es Libertadores de Querétaro, y eso en un país como México se nota mucho, aunque como demostramos el año pasado en León no siempre lo más importante es el dinero. Yo quiero jugadores buenos, claro, pero para mí lo más importante a la hora de fichar a un jugador es su motivación en pos de cumplir objetivos, la ilusión que demuestra con el proyecto que queremos hacer y su implicación en una Liga que cada vez tiene más nivel.

-Lo de empezar de cero es en todas las facetas, porque vuelve a tener un cuerpo técnico totalmente nuevo, ¿no?

-Así es, Carlos Alonso ha tenido una oferta del Melilla y la ha aceptado, y Miguel Aguilar tiene su trabajo aquí en Málaga como fisioterapeuta y es normal que se quede en su ciudad. Los voy a echar mucho de menos porque ellos fueron parte fundamental del éxito con el Abejas de León, sin ellos no hubiera sido posible. A Fuerza Regia me acompañan Jordan Toledo, un técnico malagueño muy joven salido también del cantera del Unicaja, y Arnau Pina como preparador. Ambos están en Dinamarca y se vienen a México conmigo. Y lo mejor es que comparten conmigo la ilusión de este proyecto que emprendemos.

-De los últimas 7 Ligas de México en seis de ellas el entrenador campeón era español, es evidente, que en nuestro país también hay potencial técnico...

-Efectivamente, Paco Olmos ha ganado 3 Ligas (todas con el Fuerza Regia), Iván Déniz, 3 (con Soles de Mexicali, además de otras tres subcampeonatos) y yo el año pasado, además de Alejandro Martínez o Ramón Díaz que llevaron a sus equipos a la final de Liga.... También está en México Sergio Valdeolmillos, que llevó al Astros de Jalisco a las dos últimas finales de Liga... A diferencia de ellos, yo he hecho el recorrido contrario, ellos llegaron como entrenadores consagrados después de experiencias al más alto nivel en España y yo llegué allí a labrarme un futuro porque necesitaba demostrarme que mi pasión por el baloncesto podía convertirse en mi profesión. Cuando me marché de Málaga lo tenía claro: Mi objetivo es y será entrenar un día al Unicaja, ese es mi sueño, por eso sigo preparándome.