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Yannick Nzosa agota los adjetivos con su precoz irrupción en el baloncesto profesional. A sus 16 años (cumplirá 17 el próximo 15 de noviembre), este pívot congoleño, incorporado hace algo más de un año y que la pasada campaña pudo competir muy poco por ... un conflicto legal con su exequipo (el Stella Azzurra), acapara casi todo lo bueno que le esta sucediendo al Unicaja en un arranque de campaña con muchas dudas. Es, por méritos propios, uno de los nombres de moda en la Liga Endesa.
Como quiera que Luis Casimiro no mira el DNI de sus jugadores, Nzosa ha adelantado a todos sus compañeros en la rotación y ya es el el pívot que más juega. Lo fue al menos en Valencia el domingo, con 21:45 minutos en cancha, frente a los 10:30 de Guerrero y 7:09 de Gerun, e incluso por delante de los ala-pívots Abromaitis (20:06), Thompson (14:22) y Suárez (6:08). Lo que sucede en la cancha manda. La intimidación, el poder reboteador o las ayudas del congoleño marcan la diferencia a estas alturas. Nzosa, que no jugó las dos primeras jornadas (ante el Joventut y el Barça), se ha hecho imprescindible con su nivel en las tres siguientes.
Cada actuación suya es a ritmo de récord. Tras la derrota ante el Baxi Manresa (86-90), se convirtió en el primer jugador en los 37 años de historia de la Liga ACB con un cien por cien de eficacia en tiros de campo en sus dos primeros partidos. Además, anotó diez puntos en sus dos primeros encuentros en el torneo, cuando sólo tres menores de 20 años consiguieron números parecidos: Luis Scola, en el Gijón (con 19 años en 1999), Raúl López, en el Ourense (con 18 años en 1989) y Julián Ortiz, en el Barcelona (con 19 años en 1985). Además, con sus cuatro tapones al Valencia se convirtió en el jugador más joven en lograr tal cifra en la Liga ACB y superando al lituano Porzingis, este con 18 años y 3 meses, en un Cajasol-Laboral Kutxa de 2013 (82-62). En La Fonteta, además, batió sus números personales de minutos (21:45), tapones (4), robos (3) y asistencias (3).
Nzosa mide en torno a 2,08 metros (no hay un consenso oficial y está en edad de crecimiento), y su envergadura (la longitud de brazos extendidos en horizontal de punta a punta) es asombrosa. Esto le ofrece gran capacidad intimidatoria y un poder taponador considerable. Ya es el jugador más joven de la historia del Unicaja en poner cuatro 'gorros' en un partido, superando a Fran Vázquez, que lo hizo con 18 años. En tapones sólo le superan ya en esta Liga ACB especialistas como Malik Dime (Morabanc Andorra, con dos por partido de promedio), Eddy Tavares (Real Madrid, con 1,8) y Jaime Echenique (Acunsa Guipuzcoa, con 1,7), e iguala a Augusto Lima (UCAM Murcia, con 1,6).
Nzosa ha de ganar musculatura y, consiguientemente, peso, pero para su edad y altura se mueve con una gran coordinación, algo que no siempre es habitual entre los pívots más altos. Esto le facilita también la labor reboteadora y taponadora. Y tampoco es torpe en el manejo del balón.
La irrupción de Nzosa, cuando a priori sólo estaba previsto que fuera un jugador para completar los entrenamientos o una necesidad muy puntual por lesiones, supera ya incluso los parámetros y las expectativas que levantó Domantas Sabonis en la temporada 2013-14 en el cuadro malagueño. Pero el congoleño ha aparecido siendo aún más joven que el hoy jugador de los Indiana Pacers, que debutó con 17 años y cinco meses. Salvando ciertas distancias, su aparición se la pueda comparar ya con otras tan precoces como los dos casos más destacados en las dos últimas décadas: Luka Doncic (debutó con 16 años y dos meses) y Ricky Rubio (14 años y once meses).
Nzosa no acusa la presión ni el salto de nivel que implica jugar en el mejor torneo nacional de clubes en Europa. No se arredró ante Dubljevic, que casi le dobla en edad (hará 29 años en breve) y es uno de los 'cincos' más dominantes de la Liga ACB. Además de los cuatro tapones, aportó tres recuperaciones, otros tantos rebotes y muchos intangibles en defensa.
Aunque Nzosa aún tiene un margen grande de crecimiento táctico, es un jugador que entiende tan bien el juego, que casi todas sus acciones son productivas. Facilitó incluso al desmarcarse al venir a recibir, en un tuya-mía, un triple in extremis de Alberto Díaz que cerró el tercer cuarto. Tiene sentido de la anticipación y muestra una gran concentración en la cancha.
Nzosa es una 'esponja'. Trata de aprender a marchas forzadas de la pizarra de Luis Casimiro y le va muy bien en los estudios. No ha tenido grandes problemas tampoco para aprender español, después de ser reclutado de una concentración con la selección de Congo no hace mucho más de un año por el Unicaja. «Yannick tiene claro lo que quiere, que desea ser profesional. Tiene muchísimas ganas de aprender y está atento a todas las explicaciones que se le pueden dar de parte de entrenadores y compañeros«, admitió Luis Casimiro.
El buen hacer de Nzosa sorprende hasta a los demás técnicos de la ACB. Lo reconoció el domingo el veterano Pedro Martínez (Baxi Manresa) en su perfil de Twitter: «Si sigue así, a ese niño cuando le den el premio de jugador revelación nos va parecer poco. Qué pasada». Mientras, a Luis Casimiro lo único que le preocupa es que los elogios el hagan perder el norte: «Ojalá que lo podamos dejar tranquilo, porque no deja de tener 16 años«.
El aficionado del Unicaja se pellizca ante el talento que muestra Nzosa, pero asume que eso significa también que tendrá los días contados de verde. A priori su salida podría llegar dentro de dos años en el Draft de la NBA. Medios especializados en baloncesto le sitúan ahora mismo como el jugador que compite en Europa más prometedor de la generación de 2003. Incluso, la poderosa agencia norteamericana de representación CAA lo ha fichado cara a este posible salto a la mejor liga de baloncesto.
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