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El Unicaja mantiene los problemas físicos en su plantilla pese a no haber jugado el pasado fin de semana. El aplazamiento del partido ante el Morabanc Andorra por los cuatro positivos por coronavirus en el conjunto andorrano dio un margen para que tanto Yannick Nzosa como Gal Mekel se recuperasen de sus molestias, pero ninguno de ellos se ha ejercitó el domingo ni tampoco este lunes, por lo que el concurso de ambos sigue en el aire.
El primero tiene molestias en el adductor izquierdo, sin que se haya especificado si se trata de una rotura de fibras. Katsikaris ya lo descartó para el partido del sábado que no se jugó porque, según dijo, le molestaba al saltar y a la hora de realizar los movimientos laterales. Nzosa sigue sin entrenar. No se le quiere forzar para que la dolencia no vaya a mayores, pero es evidente que las cosas no están bien cuando no se ha entrenado durante estos dos días. Está por ver cómo evoluciona, pero el asunto no tiene buena pista.
Distinto es el caso de Gal Mekel, con problemas en una rodilla. Con el israelí sí se era más optimista, de hecho fue incluido entre los aptos para el partido ante el Andorra, pero tampoco se ha entrenado con sus compañeros y tampoco se puede asegurar al cien por cien que pueda estar operativo para el choque frente al Bilbao (21.15 horas, Movistar Plus).
El regreso de Carlos Suárez aliviará los problemas de Katsikaris en el caso de Nzosa, mientras que en el puesto de Mekel hay efectivos de sobra para mantener el nivel de la rotación. Lo que sí es seguro es que el entrenador griego no va a tener que realizar descarte alguno, pues de nuevo, la enfermería vuelve a tener varios inquilinos.
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