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Tiro libre

El mejor negocio

Domingo, 23 de julio 2023, 02:00

Mientras disfrutamos de las bondades del verano y esquivamos con trucos de chiringuito y otros recursos aprendidos sus rigores y este terral malagueño, tan nuestro, como tan cruel (es lo que toca), asistimos entre divertidos, a veces atónitos y siempre curiosos, a los cambalaches, reparto ... de cromos, fichajes, rescisiones de contratos más o menos sorprendentes que van ejecutando las direcciones técnicas de los diferentes clubes de la Liga Endesa. Lo que por encima de dimes y diretes, rivalidades o amor a unos colores, ni malo ni bueno, esto no es más que un puro negocio. En un escenario donde cada uno intenta armonizar como puede sus actuales presupuestos con sus ambiciones, los gustos de sus aficionados y la idiosincrasia de las instituciones que representan, que les acerquen lo más posible al proyecto deportivo y al concepto del juego que los entrenadores les gustaría implementar la próxima temporada para alcanzar los mejores resultados posibles, o sea, para ganar. Lo único que al fin y al cabo les justifica y convalida en el desempeño de su profesión, como también es lo único que puede justificar los cambios de modelos o bandazos que de un día para otro nos quieran vender por muy bonitos que nos hayan podido parecer aquellos que acabaron resultando absolutamente perdedores. Y como en la selva, este arte del mercadeo se impone casi siempre o siempre por la ley del más fuerte donde prima tener una buena cartera, pero que de poco te puede valer (como bien hemos aprendido por aquí) si no sabes combinarla con astucia y estrategia, con un profundo conocimiento del mercado, sabiendo lo que quieres, empleando el don de la oportunidad para elegir bien los tiempos y, por supuesto, haciendo converger tus intereses con los de los distintos agentes, aunque sin depender excesivamente de ninguno de ellos, si no quieres que tus anhelos acaben rápidamente devorados ante tanto depredador suelto. De este modo, el proyecto de Juan Carlos Navarro, condicionado probablemente por las nuevas circunstancias presupuestarias de su club o sencillamente por sus gustos o nueva propuesta deportiva, ha pasado por Málaga para llevarse a Darío Brizuela en su afán de españolizar una plantilla como hace muchos años no veíamos, pero arrasando como casi siempre el mercado con esa tradicional superioridad que maneja, junto al Real Madrid, a todos los niveles de nuestro baloncesto o del fútbol español. Alterando los planes del Unicaja de querer dar continuidad a una plantilla, que parecía cerrada y aparentemente bien amarrada, una vez hizo efectiva su cláusula. Sin embargo, mucho más allá de quedarse en el lamento o de tomar tiempo para encajar el golpe recibido, la reacción del Unicaja no se ha hecho esperar y con una tremenda agilidad ha hecho lo propio con la de Kameron Taylor en el Básquet Girona (el pez grande se come al chico y este al siguiente). Ni que decir tiene que Brizuela tiene un indiscutible e innato talento en la anotación, difícil de igualar, incluso se parece en algunos aspectos de su juego a su reciente mentor, Juan Carlos Navarro, pero su excesivo individualismo en ocasiones que tanto puede condicionar el juego de su equipo, para bien o para mal, sus carencias defensivas o sus dificultades a la hora de compartir el balón ya hicieron dudar a algunos de la conveniencia de su continuidad, aún con contrato en vigor, antes de afrontar la pasada temporada en la que, indudablemente, Ibon Navarro sí que supo dosificar y sacarle por momentos su mejor versión. Ahora afronta el reto más importante de su trayectoria profesional que le exigirá dar un nuevo salto de calidad, pero donde sí que podrá proyectar su verdadera y completa dimensión. Ante este imprevisto el Unicaja ya ha mostrado su mejor disposición a sacar conclusiones positivas, factores favorables que podrían acabar resultando decisivos en el rendimiento futuro del equipo, como pueden llegar a ser la incorporación de un excelente y muy completo jugador tanto en ataque como en defensa, Kameron Taylor; el que la operación haya dejado un inesperado excedente en caja que puede venir muy bien al club para seguir planificando este curso o para sobreponerse en mejores condiciones a los imprevistos que pueda deparar la temporada que empezará justo después del Mundial; el que se haya producido una refrescante renovación de la plantilla que siempre puede ayudar a crear nuevas competencias y a establecer nuevos retos entre sus jugadores y, finalmente, que la salida de Brizuela pueda ofrecer a un jovencísimo Tyson Cárter nuevas oportunidades a la hora de asumir más protagonismo y mayores responsabilidades dentro del equipo que respondan al enorme potencial que tiene, a la calidad que atesora y a todo lo que se espera de él. Veremos quién o quienes acaban haciendo el mejor negocio. Saberlo es solo cuestión de tiempo.

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