Con mejor comienzo

Cuando ambos técnicos movieron el banquillo, el Unicaja dio el primer tirón en el marcador gracias a ciertas mejoras defensivas y al acierto en los triples. En el segundo cuarto volvió Renfroe, que con Díaz delante ya no tenía tantas facilidades. Sin embargo, la defensa visitante dejó de ayudar dentro, se centró en pelear en el perímetro y el Unicaja, con menos acierto exterior, tuvo que servirse de la defensa y el contragolpe para mantener su ventaja. En la segunda mitad, Katsikaris mantuvo la idea de compatibilizar a sus hombres de una nueva manera. Así, entró Brizuela, pero con Díaz en el puesto de base. El guipuzcoano era el principal ariete del ataque local y atrás, Díaz se empleaba a fondo con Renfroe. En la cancha, había mucho equilibrio, aunque en el marcador seguía mandando el Unicaja. Pasado el ecuador del tercer cuarto, Katsikaris dio entrada a Alonso y se quedó con tres hombres 'pequeños' en juego, una opción más indicada ayer que nunca, por las características del perímetro burgalés. Fue un tercer cuarto de muchos tiros libres, lo que en el caso del Unicaja, que los metió todos, representa una gran novedad. El cuadro malagueño entró en el último cuarto con diez puntos de ventaja y con Brizuela y Cole juntos en cancha, más Bouteille, Abromaitis y Eric. Ese cinco inicial al que tanto le ha costado arrancar en otros partidos y que en esos minutos repartía aciertos y errores. Pronto entró Nzosa, al que vimos ayer más activo. Este último cuarto resultó el más pobre del partido en anotación y juego, lo que impidió al Unicaja aumentar algo más la diferencia de puntos a favor y en contra que también cuenta para la Copa.