Qué bonitos son estos días! Esos en los que, con sensación de domingo, te reúnes con tus amigos o tu familia para disfrutar del mejor baloncesto. Volvió la magia al Martín Carpena, que vivió este viernes uno de esos días grandes, ilusionantes. Una de esas ... jornadas en las que no cabe un solo alma más en las gradas, en las que la gente busca disfrutar de cerca de sus ídolos. Y es que no todos los días uno puede ver de cerca a las selecciones de España y Eslovenia, dos de las mejores del mundo: los hermanos Hernangómez, Rudy, Abrines, Prepelic, Blazic...
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Y obviamente, los aledaños del Palacio de los Deportes malagueño se tiñó de rojo para la ocasión… Y de negro y dorado también, porque muchos no quisieron perder la oportunidad de comprar la elástica especial del centenario de la FEB. Un aniversario especial que ha hecho que tres de los combinados más potentes del mundo se den cita en la capital costasoleña este fin de semana (sumando a la ecuación a Estados Unidos).
Pero sin duda, en este duelo inaugural entre España y Eslovenia, se cumplieron los pronósticos. Si alguien logró igualar o superar el nivel de aplausos del malagueño Alberto Díaz (uno de los pocos internacionales locales que ha jugado con España en casa), ese es Luka Doncic. Cientos, miles de personas de todas las edades y sin importar su procedencia, se rendían al esloveno y estrella de la NBA, forjado en la cantera del Real Madrid casi toda su carrera, hasta que recaló en la mejor liga del mundo para triunfar como lo está haciendo.
Españoles, eslovenos, ingleses, alemanes… Da igual de dónde vinieran, todos ellos acudieron al Carpena con el nombre de Doncic a la espalda, en elásticas de los Dallas Mavericks o del Real Madrid, como Elena y Jaime Collado, que vinieron junto a sus familias desde Madrid, expresamente para ver el torneo… Y a Luka, al que dedicaron una pancarta recordando cuánto le admiran. Él fue muy atento con la afición desde el primer momento y ésta respondió en una perfecta comunión. Fue vitoreado en su salida a la cancha y en su presentación y él dedicó unos minutos a hacerse fotos y firmar autógrafos a los aficionados. Un gesto que muchos de ellos recordarán siempre.
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Durante el encuentro no faltó la fiesta: un gran 'show' de violín eléctrico de Pablo Navarro precedió a los himnos, en los que todos se pusieron en pie. Y ya tras el bocinazo inicial, siguió el jolgorio: animación constante con 'Dance Cam', animadores acrobáticos, reparto de regalos entre los asistentes… Incluso los 'vip's, como el laureado exjugador de la NBA (oro en Atlanta 1996 y miembro del Hall of Fame), Grant Hill, uno más en la grada; o un elenco de estrellas nacionales que no quiso perderse el partido: el Chacho Rodríguez, Felipe Reyes, Mumbrú, Laia Palau, Amaia Valdemoro, Alba Torrens... La gente disfrutaba, sonreía, bailaba… Es todo lo que se puede esperar de un encuentro amistoso en el que, una vez más, el mejor baloncesto vuelve a unir países, ciudades y generaciones.
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