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El debut de un canterano con el Unicaja siempre es una noticia especial para el baloncesto malagueño por la necesidad que tienen los aficionados de tener referentes cercanos y reconocibles. En el caso de Mario Saint-Supery es especial, porque entró de lleno en la historia del club al convertirse en el debutante más joven a sus 15 años, 11 meses y 2 días. El paleño es un adelantado a su tiempo al estar en categoría cadete. El estreno con los profesionales ante el Oostende en la Champions lo descubre para el gran público, pero los que han trabajado en su formación no están sorprendidos al considerarlo un jugador especial. Saint Supery mejora la marca que el 28 de octubre de 2018 estableció Pablo Sánchez, cuando debutó en un partido ante el Casademont Zaragoza cuando todavía tenía 16 años y 9 días.
Casos como el de Mario Saint-Supery se cuentan con los dedos de una mano en el Unicaja y en el baloncesto nacional, pues conviene insistir en que se trata de un niño que todavía cursa cuarto de la ESO. Esto no quita para que el club malagueño esté ante uno de los nombres que marcará su futuro en las próximas temporadas. Su situación es muy particular, porque después de tres temporadas en la cantera cajista, decidió dejar el club en febrero de 2020 por el desacuerdo de su padre con la política de cantera del Unicaja. El asunto llamó mucho la atención, pues se trataba de uno de los valores más sólidos de los equipos inferiores. Fue justo después de la Minicopa jugada en Málaga, a la que llegaba con altas expectativas después de haber deslumbrado con el equipo infantil que dirigía Manolo Bazán en dos torneos previos en los que había sido elegido 'MVP'. Parece que la decisión estaba tomada antes del torneo y aquello le afectó. Un año después, tras pasar por el Novaschool y El Palo, Mario Saint-Supery regresó al Unicaja para retomar un viaje que ahora le ha llevado a debutar con el equipo profesional y que se ha confirmado como una decisión muy acertada por su parte y por su familia.
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Lo que lo han conocido desde que era un niño no están sorprendidos de que haya dado un paso tan grande con tan solo quince años. Manolo Bazán fue su entrenador en la primera etapa en el club en categorías minibasket, preinfantil e infantil. «Desde un primer momento podías comprobar que era un jugador absolutamente diferente, por esa capacidad de competir siempre, que es algo difícil de ver un niño tan pequeño. Es un jugador que nunca ha medido en el esfuerzo y siempre ha ido a tope. Lo complicado es mantener esa capacidad con el paso de los años y él lo ha hecho. Siempre jugó en una categoría por encima de su edad, que es algo significativo, como lo que le pasa ahora, porque está con el júnior y los profesionales», explica Bazán, que compara su físico con el de Alberto Díaz, a pesar de que Saint-Supery, recordamos, sólo tiene quince años.
🤔🔝 Mario pensaba que le entrevistaríamos por su esfuerzo en la #MinicopaEndesa, pero lo que no sabía es que su ídolo, Alberto Díaz, tenía una sorpresa para él 😍😍
— Endesa Basket Lover (@basketlover) February 14, 2020
¡Una historia muy #BasketLover!@CanteraUnicajaC @unicajaCB @ACBCOM @Endesa #CopaACB pic.twitter.com/HHxhiicqQI
Tras un año 'exiliado' el Saint-Supery que regresó al Unicaja era un jugador evolucionado, como demostró en el campeonato de España de selecciones autonómicas, donde deslumbró con Andalucía y fue el MVP de la final. Su físico le hacía ir sobrado para la categoría cadete y esto propició que Antonio Herrera lo reclutase directamente para el equipo júnior-EBA con el que está jugando esta temporada. En este caso, el flamante debutante con el Unicaja en la Champions compite con jugadores que le sacan más de dos años, pero Herrera lo ve sobrado y justifica así que el club lo eligiese como recambio de Pablo Sánchez, cedido al Melilla, para entrenar a diario con los profesionales.
«Tiene una enorme capacidad física para un jugador de su edad. Esto le permite defender a cualquiera de los exteriores que tiene el primer equipo, incluso a Francis Alonso si lo contemplamos como un alero. Mental y técnicamente está muy preparado y es un jugador versátil; siempre competitivo. Ha ayudado a resolver partidos en momentos decisivos en la Liga EBA esta temporada y es más que evidente que tiene una personalidad especial. Estoy sorprendido por su capacidad de sacrificio. No escatima en la entrega y es capaz de hacer dos y tres esfuerzos en una misma acción», explica el técnico sevillano, que destaca también el buen ambiente familiar que lo rodea y por ser muy aplicado en los estudios.
Además de la evolución física, el hecho de competir con el equipo júnior-EBA ha permitido a Saint-Supery evolucionar también en sus fundamentos de baloncesto hasta convertirse en un jugador clave en una de las mejores generaciones que ha dado la cantera cajista en las últimas temporadas. «Va mejorando progresivamente su lectura de juego. Le falta mucho, pero tiene a día de hoy herramientas suficientes para seguir creciendo. Es un jugador de mucha energía y es un buen finalizador. Tiene muchos recursos para desbordar en el uno contra uno, puede finalizar con contacto, que es algo importante, y aguantar los choques. Finaliza con paso cero, paso cambiado, aro pasado, 'bombas'... Tiene de todo«, insiste Antonio Herrera.
Saint-Supery ya hizo la pretemporada con el Unicaja el pasado verano. En ese tiempo estuvo acompañado por algunos de sus compañeros en el EBA: Rafa Santos (ahora lesionado), Miracle Bamadu, Victory Onuetu y José Tanchyn. Faltó Álvaro Folgueiras, un superdotado de para el baloncesto de 2,08 metros que es el gran referente del equipo júnior y que sí estuvo ya hace unas semanas a las órdenes de Ibon Navarro durante el parón en la Liga por los partidos de selecciones, al igual que Rubén Vicente y Álvaro Fernández.
Todos estos nombres deben ser la base del equipo que el Unicaja espera tener la próxima temporada en la LEB Plata. El club y la Federación española tienen buena sintonía, en parte porque al organismo que presidente Jorge Garbajosa le interesa tener a un club como el cajista en su órbita. «Ahora tenemos una generación, al margen de los cuatro del primer equipo, tenemos mucho que aportar. El salto de júnior a sénior es muy reservado a casos muy esporádicos como Yannick, pero para el resto hay que tener un plan porque necesitan tres o cuatro años más de formación. Si lo tenemos en la casa con un equipo en la LEB, no podemos quedarnos aquí quejándonos. La generación del 2005 al 2007 es sensacional», insiste Antonio Herrera sobre sus pupilos. De momento, el primero que ha dado el paso es Mario Saint-Supery, que es un adelantado a su tiempo a sus 15 años, 11 meses y 2 días.
El ascenso de Mario Saint-Supery al primer equipo del Unicaja se produjo cuando todavía Fotis Katsikaris estaba al frente de la plantilla. El entrenador griego lo tuvo varios meses a sus órdenes y en una rueda de prensa se le cuestionó sobre qué impresión le había causado y esto es lo que dijo. Sus palabras no tienen desperdicio.
«Va a ser un gran jugador, tiene un gran un físico natural, unas patas impresionantes, increíble. Y es muy, muy inteligente, pilla todo muy rápido, tiene un buen 'feeling' para el juego, es talento suyo natural. Y eso le puede ayudar a explotar como jugador. Ojalá pudiera estar todos los días, pero por temas de colegio no podrá estar siempre. Es un proyecto súper interesante, me encanta, tiene carácter, no tiene miedo, con mucho respecto por los demás, pero no es nada tímido. Tiene mucho talento para jugar de base y escolta y ojalá que tenga suerte porque tiene un futuro brillante. Es un chico con mucha educación y tiene un buen 'feeling' con el juego», afirmó el griego.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Ignacio Lillo | Málaga
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