Manu, el orgullo de los Trujillo

Para el que no esté muy vinculado al baloncesto será un canterano más, pero no para los que conocen a los Trujillo, una de las familias más representativas del basket local. Con 17 años, ocho meses y 23 días, Manuel Trujillo Bravo se ha convertido en el decimotercer canterano más joven en disputar un encuentro oficial con la primera plantilla cajista. El base, de 1,97 metros, entró en la convocatoria contra el King Szczecin en lugar de Sima e Ibon Navarro premió su trabajo en los entrenamientos con unos minutos.

El caso de Manu Trujillo es muy llamativo. Su padre es Manolo Trujillo, que estuvo en la cantera del Caja de Ronda y luego como entrenador en la del Unicaja en distintas etapas. Desde la temporada pasada dirige al Novaschool de Tercer FEB, de hecho, el fin de semana pasado se enfrentó al Unicaja Mijas en el que juega Manu. Su tío Francis es otra persona muy vinculada al baloncesto, en su caso al femenino. Dirigió al Asisa Alhaurín de la Torre y la temporada pasada al Unicaja Mijas, entre otros equipos. Es decir, en familia de los Trujillo, el baloncesto va en el ADN y es religión.

Manu, como su hermano Arturo, que juega en el cadete del EBG, ha pasado toda su vida vinculado al Unicaja, en cuya cantera entró año antes de lo habitual después de que Manolo Bazán lo reclutase para el preinfantil. Jugó la Minicopa de Málaga en 2020 en un equipo en el que había otros nombres conocidos por los aficionados, como los de Mario Saint-Supéry, Guillermo del Pino, que dejó el club, y Rubén Salazar, que puso rumbo a la NCAA. También estaba Baboucar Badji, que como Trujillo, Del Pino y Saint Supéry, también debutó con la primera plantilla. En su caso fue en la Supercopa de 2023 disputada en Murcia.

Después de hacer la pretemporada y participar en varios amistosos, Ibon Navarro decidió que fuese el canterano vinculado al primer equipo para esta temporada. Estuvo a punto de viajar con el Unicaja a la Copa Intercontinental, pero el club fichó a Balcerowski y se quedó con la miel en los labios porque se hizo las fotos oficiales y tenía el pasaporte preparado. Su integración en el primer equipo es total. Lo cuidan mucho los americanos, Perry, Taylor y Carter, que ya le han dicho que lo raparían si llegaba a jugar en Polonia, así que sus rizos desaparecerán. En el viaje a Polonia ha tenido como compañero de habitación a Tyson Pérez.

Trabajador incansable, ha moldeado su cuerpo en las dos últimas temporadas y superado sus obstáculos físicos para poder disfrutar de estar con los profesionales. Ha dado un estirón notable, rondando ya los dos metros, y se ha aplicado en todos los sentidos. Estudiaba en el Colegio Cerrado de Calderón, pero el horario de este centro no le venía bien para compatibilizarlo con los entrenamientos y ahora cursa bachillerato 'online'. Debutó con el dorsal 51 a miles de kilómetros de Málaga con todo el baloncesto local pendiente de lo que hacía. Y lo hizo ante los ojos de su madre, que ante la posibilidad de que pudiese estrenarse, se cogió un avión el mismo día del partido para plantarse en Polonia y ver a su niño. El esfuerzo tuvo la recompensa de verlo jugar con los profesionales en directo. Un momento que recordará toda la vida, como sus primeros puntos, un dos más uno (tres puntos y dos asistencias) celebrado por sus compañeros.