El Manresa, el único lunar del Unicaja

El Baxi Manresa estableció un nuevo tope de valoración (140) y cuajó, ante el cuadro malagueño, el mejor partido de su historia en ese sentido. El resultado final fue aplastante y algo irreal teniendo en cuenta las trayectorias, anteriores y posteriores, de ambos conjuntos (109-69). Pero así es el baloncesto de élite. El Unicaja, como dijo Ibon Navarro en varias ocasiones, no compareció aquel día. El Congost era entonces uno de los fortines más temidos del campeonato y ese día devoró al Unicaja.

Poniendo las cosas en contexto, el Unicaja llegaba al feudo manresano después de ganar todo lo que había jugado en la presente temporada. En total, trece partidos entre la Intercontinental, la Supercopa Endesa, la Liga ACB y la Champions, con algunos triunfos de mucho nivel, como el que precedió a este sorprendente encuentro, ganando al Barcelona en el Carpena (103-96).

Trajo consigo varias lecturas. Fue un golpe de realidad positivo para no bajar la guardia en el futuro, pero también un lastre en el 'basket average' del equipo durante la primera vuelta. Cabe recordar que hasta el ecuador del campeonato, el orden clasificatorio, en caso de tener un balance similar de victorias y derrotas, se decidiría en función de la diferencia de puntos general entre los equipos. Estuvo tras el Real Madrid y el Valencia cuando los tres tuvieron la misma relación de triunfos y pinchazos, pero la victoria, en la última jornada previa al corte copero, del Unicaja ante el cuadro naranja, hizo que este lastre se quedara en algo anecdótico.

El técnico cajista fue preguntado, en la previa del encuentro, por aquel episodio negro de la temporada. Y su respuesta fue tajante: «El Unicaja no jugó aquel partido. Me entran sudores fríos cada vez que me acuerdo. Ellos jugaron increíble, pero nosotros no comparecimos». También reconoció que le gustaría que el equipo recordara lo sucedido para estar alerta, aunque no es un factor en el que haya incidido: «Ojalá que exista ese punto mental, pero no es algo a lo que nos vayamos a agarrar para preparar el partido. Tenemos que pensar en el nivel de baloncesto que tenemos que hacer para competir con ellos, y eso nos lleva a una exigencia muy alta».