Secciones
Servicios
Destacamos
El baloncesto es un deporte que juegan 18 equipos pero siempre gana el Real Madrid, que parece detener el tiempo y poseer la fórmula del éxito sin importarle el cambio de entrenador o la retirada de figuras históricas como Rudy Fernández o Sergio Rodríguez que ... marcan su trayectoria. El equipo que entrena Chus Mateo mantiene la dinámica ganadora iniciada por Pablo Laso y disputará su séptima Supercopa Endesa consecutiva, de las que ha ganado las seis últimas. En un encuentro igualado, aunque de dominio blanco a partir del minuto 8, derrotó al Barcelona por 89-83.
Para los avezados en la materia, el '1' y el '5' son vitales para este juego, y el Real Madrid tiene posiblemente al mejor base de Europa, Campazzo, y al pívot más intimidador del continente, Tavares. Sobre ambos asentó su triunfo en un día en el que su escaso acierto en el triple estuvo a punto de costarle un disgusto. El director de juego argentino se fue hasta los 18 puntos (7 de los últimos 12 de su equipo), 5 rebotes, 6 asistencias para 33 de valoración, mientras el caboverdiano anotó 11 puntos, con 6 rebotes, 2 tapones y 17 de valoración -con Tavares el Real Madrid no conoce la derrota en la Supercopa, 13-0 ya-. A ellos se unió un Ibaka intimidador con 4 'chapas'. Tal fue el dominio interior blanco que con 8 tapones igualó el récord histórico del torneo.
El Barcelona no encontró nunca el ritmo de juego que le permitiera dominar el marcador, con Parker muy solo para soportar el peso de un rival como el Madrid (17 puntos y los mismos de valoración). Solo Brizuela (14 puntos en 16 minutos) estuvo a la altura de un encuentro que suele marcar la temporada de ambos equipos hasta que llega la Copa del Rey. Entre los dos aspirantes a todos los títulos, perder uno a las primeras de cambio afecta.
El nuevo técnico azulgrana, Joan Peñarroya, se quejó de la diferencia de tiros libres 31 a 13, sobre todo en el último cuarto, y eso que el actual campeón falló 8, demasiados en un choque tan igualado, que se desarrolló con los numerosos arreones de un Real Madrid que puso tierra de por medio en varias ocasiones, empezando por el inicio cuando volteó un 4-10 hasta un 20-15, o cuando en el minuto 27 adquirió su máxima ventaja, doce puntos tras el 60-48, asentada en el dominio del rebote que hasta ese momento era blaugrana, aunque parezca una contradicción porque ambos tableros fueron blancos de inicio a fin.
Aunque no suele ser habitual en un equipo acostumbrado a la victoria, el Real Madrid le entró miedo a ganar en un último cuarto donde solo anotó dos puntos en cuatro minutos y medio, lo que aprovechó el Barcelona para apretar, pero falló varias posesiones para adelantarse en el marcador, lo que hubiera sido clave para confirmar la remontada.
Entre los nuevos de ambos equipos, Garuba, que venía de una lesión, solo jugó 4 segundos, Rathan-Mayes no fue decisivo y Feliz pagó la alargada sombra del titular. De largo, el mejor de los fichajes fue un Ibaka realmente decisivo para el resultado final. Entre los perdedores, se notó tantos cambios, incluido el técnico, y se le vio con mucho trabajo por delante.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.