Proeza del Unicaja ante el rey de Europa

El triunfo en el WiZink Center del Unicaja (93-99), que se recordará durante muchos años y que no se daba desde marzo de 2013 (entre Liga y Euroliga), dieciséis visitas después, recuerda a la hazaña de las semifinales de Copa de hace meses en Badalona (82-93), con un guión comparable, asomando la cabeza en el tramo decisivo del duelo para ganarlo, y la última remontada de visitante, la de hace unos días en Gerona, cuando se perdía también de 17, lo que habla de la personalidad de una plantilla incapaz de dejarse vencer por el desaliento.

El Unicaja tuvo problemas ya de salida para aguantarle el ritmo a los blancos, y ello a pesar de comenzar el duelo con un 'handicap' de -9, merced a los triples de Campazzo, Musa y Deck. Si subir un 'ochomil' ya resulta exigente para cualquier alpinista avezado, el cuadro malagueño tenía que emprender ahora la tarea sin oxígeno. Y, por si fuera poco castigo, dos faltas tempranas de Perry. Pero las huestes de Ibon Navarro se afanaron en la tarea cumpliendo dos máximas del plan pre-partido del técnico.

Premisa número uno: que Kravish castigara a Tavares sacándole a defender fuera, y pronto el norteamericano se puso con siete puntos en lanzamientos sin fallo. Y premisa número dos: ataques fulminantes, con una transición tan breve que el cuadro blanco no podía apenas situarse en defensa. Fue de esa manera cómo el Unicaja se fue metiendo en el partido tras verse doblado en el tanteo por su rival (14-7). Un triple de Taylor, el más inspirado de los cajistas en los dos lados de la cancha, permitió el primer acercamiento y lo rubricó otro tiro de tres estratosférico de Osetkowski, sobre la bocina, para el fin del cuarto, en lo que fue la primera ventaja visitante (25-26) en el partido.

Pero como en el primer parcial, en el segundo también empezó el Unicaja aletargado, más atascado en su ataque. Para entonces el Real Madrid, con una rotación muy corta, encontró el aro con facilidad en el tiro exterior y, triple va, triple viene (un impresionante 9/15 en la primera mitad), se fue disparando en el choque, al tiempo que dominaba el rebote de una forma abrumadora. La presencia de Poirier en pista hizo mucho daño, con cuatro rebotes ofensivos y, los blancos doblaban en capturas al descanso a su rival (20-10), con un porcentaje muy alto de rechaces ganados en el aro cajista, algo muy peligroso en un choque de esta exigencia. La diferencia máxima se fue a los quince puntos (54-39) mientras Ibon Navarro paraba el duelo dos veces casi seguidas para leer la cartilla a los suyos de una forma infructuosa.

En el tercer cuarto el Real Madrid se fue a los 21 de ventaja (62-41) y las diferentes configuraciones de quintetos del Unicaja no detenían la sangría, pero llegó entonces el punto de inflexión en el partido. Primero fue un parcial de 5-22 (hasta el 67-63), que incluyó varios contraataques visitantes, una antideportiva a Abalde, una técnica a Chus Mateo, y la sensación de que los blancos, algo relajados, empezaban a acusar el cansancio de una semana en la que afrontaron el martes y el jueves sendas citas de Euroliga. Apareció al fin el talento para el tiro exterior de Kalinoski y el cuadro malagueño, que nunca dejó de creer, se vio en el partido.

Sólo Hezonja, por un instante, pareció frustrar la remontada, con un triple y una recuperación (72-63) ante Djedovic. Para colmo Perry abandonaba el partido lesionado en la rodilla izquierda y Ejim se quedó al borde de la eliminación.

Pero daba igual. El Unicaja se apuntó a la heróica y, como en la Copa, a la mejor manera de sorprender al Madrid, viniendo desde atrás sin llamar en exceso la atención. En el último cuarto continuó la exhibición de Kravish,que se fue a los 23 puntos y, ya sin Ejim en la pista, apareció Carter, los triples de Kalinoski, el oficio de Díaz, en una estupenda falta en ataque que supo provocar ante Campazzo y, cuando quiso darse cuenta, el Real Madrid estaba contra las cuerdas: 85-87 a 2:18 del final, con la máxima renta visitante, que hasta entonces sólo había dominado de uno.

Taylor hizo el resto, con una canasta, una recuperación ante Campazzo y una acción de dos más uno posterior que dejaba un impensable 87-94 a 1:23. El Unicaja no acusó la presión, en el intercambio de canastas y, cuando Carter, anotó sorprendiendo en un saque de fondo y Campazzo (que asumió toda la responsabilidad) falló un triple estaba todo resuelto (91-93) a segundos del final. Se consumaba la proeza.