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Luis Casimiro llega esta temporada al final del contrato que firmó en el verano de 2018 con el Unicaja. Su futuro dependerá de lo que ocurra en los próximos nueve meses. No hay que explicarle el funcionamiento del mercado a uno de los entrenadores con más experiencia al máximo nivel del baloncesto español, por eso es el primero que es consciente de que es una temporada importante para él, y, por lo tanto, para el conjunto malagueño.
Como se suele decir, Casimiro tiene 'el culo pelao', la vida resuelta y una trayectoria muy respetable, por lo que más allá de mirar su interés personal, situará siempre por delante el del equipo y esto es algo a tener en cuenta. Cuando llegó a Málaga, se encontró el complejo panorama tras la larga etapa de Joan Plaza, un escenario complicado, igual que le sucedió en su día a Aíto después de Scariolo. Es como el final de las dinastías reales... Había quien demandaba un baloncesto más atractivo después del paso de Plaza por Málaga, pero este a su vez también tenía un grupo de adeptos que defendía su forma de hacer y su legado... Casimiro lidió bien con esta situación, precisamente por su experiencia, pero el ambiente se fue complicando a medida que el equipo perdía la enorme brillantez que lució en el primer tramo de la temporada.
Bajo su mando, el Unicaja hizo un baloncesto vistoso, ofensivo y que logró resultados en esos primeros tres meses de competición, pero las lesiones, demasiadas, y unos rivales cada vez más alerta, acabaron cogiéndole la matrícula al Unicaja. La mala imagen en la Copa y la temprana eliminación en la Eurocup dieron aire a un sector crítico que ganó adeptos en medio de esa inestabilidad. La posibilidad de jugar la Euroliga se esfumó por el título del Valencia en el torneo, así que la Liga ya no representó ni el premio de consolación. A pesar de todo, el equipo mantuvo el tipo y a punto estuvo de eliminar al Valencia. «La temporada ha sido buena», dijo tras el adiós liguero... Respetable, pero también muy cuestionable opinión teniendo en cuenta lo que se hizo en la Copa y en la Eurocup.
Este es el punto de partida de Luis Casimiro en su segunda temporada en Málaga. Convertir ese «buena» en muy buena. ¿Cómo lo conseguirá? Mandan los resultados. De entrada tendrá que trabajar con un esquema de equipo distinto, en el que previsiblemente habrá menos alegrías ofensivas y más rigor defensivo. A pesar de esto, el técnico destaca que el nuevo grupo mantiene la capacidad para atacar del anterior.
En su mano tiene ahora dotar de una identidad reconocible a una plantilla, que no ha estado al completo hasta hace cinco días, con siete fichajes, lo que representa un 'handicap', y con cinco debutantes en la exigente Liga Endesa que él conoce como pocos. Por el camino, una Copa del Rey en Málaga que pesará en la balanza final, y una Eurocup en la que sí o sí el Unicaja tendrá que demostrar su pedigrí de Euroliga para volver a estar entre los mejores. Con lo que pase, llegará la hora de las valoraciones y de ver si el paso de Casimiro por Málaga se convierte en etapa o en dinastía.
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