Luces largas en el Unicaja

El Unicaja tiene sobresaltado al baloncesto español. Su rápido movimiento para rearmar la plantilla tras los estragos que ha dejado la Copa del Rey en el equipo es tema de conversación. Los fichajes de Axel Bouteille y de Marko Simonovic evidencian que algo ha cambiado, especialmente por la incorporación del primero, un jugador en línea ascendente y que es la sensación de la ACB esta temporada. En los últimos meses se aprecian una serie de aspectos en la gestión del club y en los movimientos de la dirección deportiva a los que los aficionados no estaban acostumbrados. Ayer leía a un seguidor que hacía esta reflexión. El Unicaja perdió a Milosavljevic por lesión y fichó a Axel Toupane. Vio que Darío Brizuela estaba a tiro y fue a por él. Ahora ficha a Bouteille, que tenía muchas novias, con un contrato multianual y, además, da empaque al equipo con un jugador como Marko Simonovic, de dilatada experiencia. El aficionado en cuestión lanzaba la pregunta de si esto no era una demostración de ambición.

Les cuento esto porque hace sólo tres semanas en el Palacio de los Deportes se montó un lío interesante con pitos al entrenador y a la gestión del presidente, Eduardo García. Se demandaban fichajes y todo parecía muy gris. Recuerdo que muchos, yo el primero, reclamábamos un refuerzo, pero el club no movió ficha y dio más protagonismo a Rubén Guerrero, que nos calló la boca a todos. El marbellí creció, creció y creció, y hoy está con la selección absoluta disputando la clasificación para el Europeo de 2021. Lo que son las cosas...

Sólo unos días después, el Unicaja disputó la final de la Copa del Rey; todo hay que decirlo, jugó el torneo como anfitrión y no por méritos deportivos. Me gustó que los máximos responsables de Unicaja Banco y la Fundación Bancaria, patrocinador y propietario del club, estuviesen en el palco y comprobasen la comunión de la afición con su equipo y que el proyecto merece la pena; que está muy vivo. Sé que las dos instituciones están al día de lo que se hace en Los Guindos, pese a que entre los aficionados exista la sensación de que están al margen de todo como si no les importase. Nada más lejos de la realidad.

Pero, volviendo a la línea deportiva, el Unicaja está en boca de todos por ese quinteto de nacionales (Díaz, Fernández, Brizuela, Suárez y Guerrero) con el que alcanzó la final de la Copa y que augura muchas satisfacciones futuras. Se ven apuestas a largo plazo. ¿Se puede decir que hay un proyecto? Creo que sí. Como diría un amigo mío al que le tomo prestada la expresión, las luces largas están puestas. No se centra en el presente y se busca crecer. Lo demostró fichando a Brizuela y lo ha confirmado ahora con Bouteille, el mejor triplista de la ACB. Buenos movimientos impulsados por Manolo Rubia desde la dirección deportiva y ajustados al presupuesto, sin recurrir al catálogo de turno... Porque seamos sinceros, pocos habríamos caído en jugadores de este tipo como alternativas a mitad de temporada, principalmente porque tenían contrato con otros equipos, incluso en la solución de Toupane cuando en verano cayó Milosavljevic.

A partir de aquí, el Unicaja tiene por delante dos meses que marcarán la suerte esta temporada. Con una plantilla al límite en el apartado físico, tratará de lograr la plaza para la Euroliga. Será muy complicado porque tengo la opinión de que, al menos, hay cuatro equipos mejores que el malagueño incluso estando la plantilla sana... Así, el factor campo será determinante en las eliminatorias de la Eurocup para volver a disfrutar de una final; de la posibilidad de lograr un título. Fíjense dónde hemos terminado teniendo en cuenta que hace un mes todo era un desastre... Sigamos.