Los jugadores del Unicaja están sometidos a un estricto control para detectar posibles contagios por coronavirus dentro de la complejidad que se mantengan 'limpios'. Los profesionales y todo el personal que rodea al primer equipo se someten a test de forma continua para evitar que un contagiado infecte a toda la plantilla. El protocolo de la Liga Endesa establece la obligatoriedad de que los jugadores se sometan a test 48 antes de cada partido, pero ahora con la entrada en escena de los encuentros europeos, las pruebas se duplican.
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El viernes se vivió una situación curiosa. La plantilla tuvo que someterse a los test nada más acabar el encuentro contra el Barcelona, pues este sábado debe viajar a Andorra donde juega el domingo a las 12.30. El equipo partirá cuando se tengan los resultados y se tenga la certeza de que todos están 'limpios'. El calendario obliga a situaciones así de curiosas que después de un partido y un gran esfuerzo los jugadores se tengan que someter a un PCR que es algo incómodo, aunque en cierto modo son unos privilegiados.
Ahora, todo se complica. El martes el Unicaja recibe al Metropolitans 92 en la Eurocup. Aquí el protocolo es distinto por la cuestión logística que suponen los viajes más largos. Los equipos tienen que hacerse los test tres días antes, así que el Unicaja tendrá que pasar esta misma mañana por la Clínica Santa Elena para someterse a nuevas pruebas. Es decir, dos test en menos de 48 horas. El club malagueño tiene un acuerdo con este centro hospitalario y con la Clínica El Pilar, donde también acuden de forma periódica los jugadores.
Este control permite detectar casos de coronavirus y evitar que toda la plantilla se infecte, como ocurrió la semana pasada cuando se detectó un positivo en el equipo justo antes del viaje a Barcelona para jugar contra el Joventut. El pasado viernes, por ejemplo, sucedió lo mismo en el Barcelona antes del partido jugado en el Carpena. El club catalán informó que Víctor Claver había estado en contacto directo con un posible positivo, así que el jugador fue aislado cuando llegó a Málaga, se le hizo un PCR que dio negativo, pero se optó porque no jugase el encuentro.
Esta será la tónica a la que tendrán que acostumbrarse los jugadores del Unicaja y de todos los equipos que participan en competición europea a partir de ahora. Imagínense lo que pasará en la Euroliga cuando haya jornadas dobles algunas semanas y se junten con los partidos de la Liga ACB. Una locura.
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