Cuando España empieza a acercarse a ese ansiado momento en que se alcance un techo en el número de casos de contagios por coronavirus, en China, el primer país en el mundo que sufrió el drama, hace más de tres semanas que se acabó la cuarentena. El preparador físico malagueño Marcos Cerveró, enrolado ahora en las filas de los Liaoning Flying Leopards de baloncesto, equipo de la CBA con sede en Shenyang, está viviendo en primera persona esta larga transición y relató a este periódico cómo está siendo la adaptación.
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"Estuve fuera unos veinte días por vacaciones, pero mis jugadores ya habían comenzado a entrenarse en torno al día 6 de febrero. Regresé el 17, y tuve que pasar catorce días en una rigurosa cuarentena en la habitación de mi hotel. Nosotros habíamos parado la competición el 22 de enero y me fui a España por el Año Nuevo chino. Tenía previsto volver tres días después, el 25, pero explotó todo en China y me quedé más tiempo", explica Cerveró, en un equipo con unas condiciones particulares de trabajo: "Todos los jugadores viven en la misma planta del hotel (un edificio de veintisiete), sin sus familias, de forma que aún hoy tenemos cierto aislamiento, y la cena me la traen a la habitación. Además, vamos a entrenarnos en un autobús propio, y nos ejercitamos en un pabellón que es sólo nuestro. A día de hoy no gusta que los jugadores salgan del hotel sin avisar. Pueden recibir una multa incluso, como ya ha sucedido, y no de una cantidad baja".
Shenyang, a casi cuatro horas de avión de Wuhan, origen de todo, apenas ha registrado una treintena de positivos, aunque su población en torno a los diez millones de habitantes. La vida allí poco a poco retoma la normalidad, pero de forma muy lenta. "Para entrar en un centro comercial te miden la fiebre. Tienes un código QR y te tienen controlado, de forma que si das un positivo pueden así para contactar con quién ha estado alrededor. Además si, por ejemplo, dentro del centro comercial, vas al Starbucks, allí te vuelven a controlar la temperatura y tienes que firmar que has estado allí. De todas formas, ya está todo más relajado. Han abierto restaurantes y ves tráfico, aunque aún no han vuelto todas las escuelas. Llevamos tres semanas sin nuevos casos", explica Cerveró, que lleva seis años fuera de España ganándose la vida con su profesión. Tras más de cuatro campañas en el EBG en Málaga y otras dos con el primer equipo de Unicaja colaborando con Enrique Salinas, se fue al Astana kazajo. Posteriormente se fue al Soles de Mexicali (en México) y al Guaros de Lara (en Venezuela). Ya cuenta con tres títulos en su palmarés (entre ellos, la Copa Intercontinental FIBA de 2016, que ganó el Guaros) en una trayectoria muy exótica y en los últimos años ligada siempre a un entrenador, Iván Déniz.
Tras la cuarentena, la CBA china tiene previsto reanudarse en mayo, tras barajarse incialmente la fecha del 15 de abril. "Será con diez equipos en una ciudad y otros tantos en otra. Los partidos se jugarán a puerta cerrada. Tras la primera semana de competición se revaluará todo para intentar volver al régimen de partidos en casa y fuera. Nos quedan 16 partidos de ligar regular y los 'play-off'", explica Cerveró, que entiende todas las medidas de precaución tras el sacrificio del confinamiento son del todo necesarias: "Ha costado mucho trabajo contener la situación y entiendo que no quieran asumir riesgos".
Desde su punto de vista la crisis del coronavirus y la cuarentena decretada en China tenía un aspecto favorable y otro claramente contrario cara a creer en su exitosa puesta en práctica: "Los chinos son muy buenos acatando órdenes y también un poco asustadizos, pero hay algo que jugaba muy poco a su favor, la coincidencia con el Año Nuevo chino (desde finales de enero), la migración mayor de la Tierra. Visto así, era el peor momento para el confinamiento". Y es que en ese periodo se suelen dar cientos de millones de desplazamientos entre la población china, que tuvieron que anularse con la crisis sanitaria.
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Cerveró, que vivió buena parte de la cuarentena fuera de China, considera que en España hay que ser cauto aún cara a pensar en fechas, aunque básicamente se pueda repetir la experiencia por la que ya ha pasado China. "Entiendo que es necesario poner fechas para cosas, porque tiene que haber un objetivo –afirma en relación a las elucubraciones acerca de cuándo se podría retomar la competición deportiva, en los casos en que se pueda–. Tiene que haber una preparación por si es necesario reactivarse relativamente pronto".
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