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El mundo del deporte, sobre todo el profesional, está condicionado por una serie de variables incontrolables que alteran cualquier hoja de ruta trazada. Es lo que le ha pasado al Unicaja esta temporada tan compleja por culpa del coronavirus. Sus planes de futuro saltaron ... por los aires a comienzos de año cuando el equipo se descomponía a pasos agigantados después de una mala planificación y se vio obligado a dar un volantazo que evitase males mayores. El 15 de enero el equipo perdía en la cancha del Baxi Manresa. Los que no quisieron ver venir el desastre recibieron un traqueteo que los despertó. Ese día se decidió la destitución de Luis Casimiro y se comenzó la búsqueda de un reemplazo, aunque desde dentro del club se vendió un margen de confianza hasta el siguiente partido, el del Mónaco, que también se perdió.
El Unicaja salía al mercado a la búsqueda de un técnico, cuando tenía clara que su apuesta para los próximos años era Joan Peñarroya (Tarrasa, 1951), actual entrenador del Hereda San Pablo Burgos, que el sábado visita el Palacio de los Deportes (17.30 horas). Resulta que en los mentideros baloncestísticos todo el mundo sabía del 'pacto' para que el catalán acabase en Málaga una vez que finalizase el contrato de Luis Casimiro. Se le veía y se le ve como un entrenador emergente sobre el que construir un proyecto a largo plazo. Es el técnico de moda en el baloncesto español después de haberlo hecho muy bien en el Andorra, Manresa y ahora en el cuadro burgalés, con el que hace unos meses ganó la Champions League de la FIBA.
Pero los planes futuros se vieron alterados. Había que tomar una decisión a mitad de camino con muchas interrogantes. ¿Adelantar ya el 'proyecto Peñarroya? ¿Querría el catalán dejar el Burgos a mitad de temporada? ¿Había dinero para ficharlo? ¿Apostar por un entrenador puente? La decisión no era fácil. El Unicaja se encontraba en una situación compleja; sin liquidez para afrontar una operación demasiado cara en términos económicos en un primer momento. Sacar a Peñarroya a mediados de enero implicaba un coste que no se podía asumir entonces. Se entiende que el de Tarrasa estaba dispuesto a dar el paso cuando una agencia, no su representante directo, lo ofrecía en enero adelantando la operación que se esperaba acometer en junio. El consejo de administración del Unicaja abordó la situación y tuvo que abortar la apuesta por Peñarroya por esa falta de solvencia económica; la misma que demoró tanto la contratación de un pívot. La alternativa más solvente que ofrecía el mercado era Fotis Katsikaris. Un día después de aquella derrota ante el Manresa, ya se contactó con el griego. En los días que transcurrieron hasta el duelo ante el Mónaco, resulta que el 'precio' para liberar a Peñarroya del Burgos se rebajó de forma considerable, lo cual generó cierto malestar en el Unicaja al entender que la operación podría haberse replanteado. Pero el paso dado con Katsikaris era firme. No hizo falta esperar al encuentro frente al Mónaco y sus condiciones ya estaban pactadas para convertirse en el nuevo entrenador del equipo malagueño. Los dos estarán frente a frente este sábado en el Palacio de los Deportes en el Unicaja-Burgos, en un duelo técnico con un gran trasfondo y mucho morbo.
Aunque pueda parecer que aquí acaba el caso, ahora llega la segunda parte. El club de Los Guindos todavía tiene que hacer frente a una gran decisión, como es la de posicionarse sobre el futuro del griego en el banquillo cajista. Si el equipo se clasifica para la fase por el título, renovará de forma automática. Se ha barajado ya la posibilidad de que la temporada extra que estipula su contrato, hay una opción por parte del club para cortar el compromiso, se haga efectiva ya y se elimine cláusula de rescisión. Han gustado sus métodos en el día a día y cómo ha reordenado el sistema de trabajo. Los resultados no son brillantes, pero es evidente que el equipo es más sólido y consistente ahora que a mediados de enero cuando asumió el control de la plantilla.
Pero en el deporte profesional todo tiene un precio y se rige por una serie de variantes, que como se explicaban al comienzo de este artículo, son incontrolables. Ahora las sensaciones son buenas, pero no se sabe qué pasará dentro de una semanas y cómo serán los resultados entonces. Nadie se quiere pillar los dedos después de lo que ha pasado esta campaña con Luis Casimiro, lo cual denota cierta inseguridad sobre lo que se quiere para el futuro...
Tampoco conviene perder de vista cómo será el panorama económico del club para la próxima temporada. En estos meses se han vivido situaciones inéditas en el Unicaja, como tener que despedir a un jugador para ahorrarse un dinero y poder fichar a otro. El capítulo presupuestario marcará todas las actuaciones del Unicaja en los próximos meses. ¿Qué pasará si Katsikaris no sigue? ¿Se retomará la opción de Peñarroya?
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