Katsikaris no tiene miedo

A pesar de que el panorama actual no es nada halagüeño, Katsikaris piensa en el futuro en forma positiva. El técnico tiene contrato en vigor y su continuidad no está condicionada por la clasificación para la fase por el título, al contrario de lo que se pensaba, por lo que ya también comienza a hacer sus análisis de cómo mejorar al equipo la siguiente campaña: altas, bajas y posibles refuerzos. El griego le ha transmitido a su círculo más cercano su confianza y deseo de seguir, a pesar de que los reajustes económicos también le pueden afectar. Sabe que el Unicaja será distinto al que hasta ahora se conocía, pero eso no parece importarle. Hace poco tuvo que esperar a que el club despidiese a un jugador (Milosavljevic) para poder fichar al pívot que demandaba (Malcolm Thomas), así que ya sabe cómo serán las cosas.

A pesar de todo y de que en el seno de la entidad se tiene confianza en él, Katsikaris es consciente de que si la temporada no acaba bien, y ahora mismo el panorama es inquietante, el club podría optar por cortar el contrato. Es la ley del deporte; el riesgo está ahí.

Tras una primera etapa en la que se apreció una evolución del juego del Unicaja bajo su mando, el terremoto institucional del club ha tenido un impacto evidente en el rendimiento del grupo en las últimas semanas, así que él también se juega mucho en lo que queda de Liga. A poco que cumpla el objetivo mínimo de jugar el 'play-off', el técnico ateniense seguirá en Málaga. Además, en el seno del club malagueño, ven poco aconsejable otro cambio de entrenador y eso que ofrecimientos no faltan.

Por muy grave que sea la crisis actual, el banquillo del Unicaja es pieza codiciada en el mercado, de ahí que sigan llegando sugerencias constantes, con el nombre de Joan Peñarroya, técnico del Burgos, siempre como alternativa si antes otro club se lanza de lleno a por él en las próximas semanas.