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Con el tsunami de la segunda ola del coronavirus desbordándose por toda Europa, cruzar el continente como lo hace el Unicaja cada semana supone un peligro enorme. La plantilla malagueña está sometida a un estricto control para reducir el riesgo de contagios por coronavirus, ... lo que no siempre se consigue. Al margen de los protocolos de la Liga Endesa y de la Eurocup, el club implantó un riguroso sistema para preservar la salud tanto de los profesionales como de los diferentes equipos de la cantera.
Es el conjunto profesional el que más riesgo corre porque la conjunción de los calendarios de las dos competiciones implica más probabilidades de contagio al entrar en contacto con jugadores de otros países en los que las regulaciones y los sistemas de control son menos estrictos, como se está observando en Francia o con los equipos rusos, que están dejando un reguero de contagios en los rivales después de cada partido.
Los jugadores deben estar libres de virus para afrontar cada jornada, lo que ha conllevado un auténtico trajín de pruebas PCR desde que hace mes y medio comenzó la temporada. En total, cada jugador del equipo malagueño se ha sometido a 20 test desde que comenzó la temporada. Estas pruebas se han realizado a una media de 25 personas, dependiendo del personal del club que trabaje en los partidos de Liga y Eurocup. Es decir, los PCR han sido casi a uno cada tres días para poder afrontar 'limpios' los 14 partidos oficiales jugados hasta el momento. En esas pruebas se incluyen también las repeticiones que fueron necesarias cuando se dieron positivos en la plantilla, como antes de jugar ante el Joventut en la primera jornada o después del partido ante el Valencia. En ninguno de los casos afectó a jugadores profesionales.
Los jugadores han tenido que afrontar situaciones muy particulares, como la de acabar un partido de Liga y tener que someterse nada más salir del vestuario a un nuevo PCR antes de irse a sus domicilios. Por ejemplo, la semana pasada con cinco encuentros en siete días, los jugadores, el cuerpo técnico y parte del personal del club se sometieron a tres test. Lo ajustado del calendario permitió que alguna de esas pruebas valiese para dos partidos.
Evidentemente, todo esto tiene un coste enorme. Si de media un PCR cuesta unos 120 euros y en términos totales se han realizado unos 500 sólo al primer equipo y el personal cercano, la factura de este dispositivo de seguridad alcanza los 60.000 euros. Sin embargo, la ACB se hace cargo de las obligatorias para sus partidos, mientras que el club tiene que pagar las de la Eurocup. El Unicaja tiene un acuerdo con las clínicas Santa Elena y El Pilar, que envían personal al Palacio de los Deportes para realizar los test.
El Unicaja realiza también pruebas al equipo femenino y al conjunto júnior que compite en la EBA antes de cada partido, y también todos los jugadores de cantera, más de cien, se sometieron a test antes de retomar la actividad en Los Guindos. Todo esto ha implicado un desembolso importante que en este caso sí ha asumido el club en su totalidad.
Al contrario que cuando se retomaron los entrenamientos en junio, ahora las pruebas sólo se les hacen a los jugadores, pero no a sus familias. A los profesionales, eso sí, se les ha pedido que extremen los cuidados en su vida diaria y en su entorno familiar.
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