«En Málaga fui feliz y disfruté del baloncesto; no me importaría volver»

–Llega un clásico de la ACB en un momento delicado para los dos equipos, especialmente para el suyo.

–Muy complicado, pero para nosotros diría que llega en un momento crítico. Venimos de una semana dura, con tres derrotas consecutivas, por muchos puntos, y ahora tenemos la oportunidad para cambiar esa imagen que hemos dado en las última semanas.

–A veces no se tiene conciencia de la dureza de la Euroliga, pero del mismo modo el calendario es tan apretado que con un par de victorias todo vuelve a la normalidad. ¿Hay tranquilidad para esperar los buenos resultados?

–Podría haber, pero el problema es que los partidos que perdimos fueron por muchos puntos. Dimos una imagen bastante fea. No hemos sabido jugar nuestro mejor baloncesto ni tener la actitud para competir. Ahora tenemos una semana entera en casa y es una oportunidad para recuperar el terreno perdido. Hay que demostrar lo que este equipo puede llegar a ser. Demostramos en varios partidos, que tenemos potencial y podemos seguir agresivos.

–El otro día daba explicaciones en las redes sociales y pedía perdón por las derrotas. ¿Por qué lo hizo?

Ya saben que yo, tanto aquí como cuando estuve en Málaga, me involucro al máximo en el equipo en el que esté. Aquí soy capitán, así que mucho más... Aunque no sea culpa de uno, todo el equipo es responsable, pero la afición siempre merece respeto y una disculpa porque siempre está con nosotros. La imagen que dimos era indigna de un equipo como el Baskonia, había que dar explicaciones.

–¿Cuál es su explicación para lo que les pasa? En temporadas anteriores hubo muchas lesiones y el equipo mantuvo el tipo. ¿Demasiada juventud?

–Es un equipo totalmente nuevo, gente con poca experiencia, pero no son excusas. Lo que hay que hacer es trabajar más y ser más autocríticos para dar lo mejor, con energía y carácter. Unos días meterás más o meterás menos, pero siempre hay que tener actitud y carácter, porque vestimos la camiseta del Baskonia. Espero que este domingo se aprecie un cambio.

–Ha llegado un base nuevo. ¿Aviso para navegantes?

–Cualquier ayuda que venga es bienvenida. Es otra cara nueva que debe acoplarse. Todavía estamos construyendo la química de un equipo nuevo. Espero que Lamar Peters nos pueda ayudar.

–Usted hace años que dejó el Unicaja, pero por alguna razón la afición le tiene un cariño especial. Sigue vinculado al club, a la ciudad, a personas del Unicaja. ¿Es un sentimiento de cariño es recíproco?

–Totalmente. Los dos años que estuve en Málaga fueron muy especiales. Tengo un gran cariño al club, a la ciudad y a los amigos que tengo allí. Este verano estuve todo un mes en Málaga entrenando en Los Guindos. El Unicaja me volvió a abrir las puertas para poder trabajar y es algo que agradezco. Es un lugar en el que fui feliz y disfruté del baloncesto. No me importaría volver en el futuro.

–Hablando de volver. La temporada pasada estuvo a punto de volver al Unicaja. Por lo visto fue una cuestión de minutos...

–(Risas). Después de mi lesión necesitaba un sitio de confianza para recuperarme de la lesión. Se lo hice saber a mis agentes. Es cierto que el club se decantó por otra opción porque no vieron que fuese a estar totalmente recuperado de la lesión del tendón de Aquiles. Respeto esa decisión y no les guardo rencor. Fui a Berlín y no me arrepiento, porque recuperé la confianza en mi juego. Sí, estuve muy cerca de volver.

–Los últimos años de su carrera han sido una locura. Una lesión, después otra muy grave. Vuelve y gana la ACB. Se va a Berlín y gana la Liga y es elegido MVP. Da para un libro...

–Es una historia increíble...

–¡Y fue padre!

–¡Por partida doble! Efectivamente, una locura. Deportivamente hubo momentos muy duros, pero también bonitos. Ser padre y volver a disfrutar del baloncesto sin sentir molestias ni dolor. Eso para mí fue un título más. Volver y ganar la Liga. Irme a Berlín y ganar otra Liga ha sido un regalo y un premio a los sacrificios que hice.

–Ahora se reencuentra con el Unicaja que llega al partido con muchas urgencias. Partido a cara de perro.

–Será duro porque los dos necesitamos la victoria como el comer. El Unicaja tiene talento, un gran entrenador y muchos puntos en la línea exterior... Espero que podamos sacar partido a nuestra capacidad física para ganarles desde la defensa. Personalmente, me gusta el Unicaja. Tiene muchos jugadores nacionales con talento. Creo que el entrenador les va a sacar mucho partido.

–¿Carlos Suárez y Javi Salvo (delegado del Unicaja) le dan mucho el coñazo?

–¡Constantemente! No se imagina (risas). Dos de esas personas que el baloncesto te regala como amigos. Estoy agradecido de haber compartido momentos de mi vida con ellos dos.

–¿Quizá en el futuro le veremos instalándose en Málaga?

–Sí. Es algo que mi mujer y yo tenemos en mente. Nos encanta Málaga, de hecho pasamos el verano allí. Seguramente sí, pero dentro de un tiempo porque me queda cuerda para rato.