Así será la transformación del Martín Carpena para la Final Four

Pero casi todos los detalles organizativos son una incógnita de momento para el club de Los Guindos, a falta de que la próxima semana se reúnan con los responsables de la FIBA y conozcan a fondo el pliego de condiciones para albergar las semifinales y final de esta edición de la Basketball Champions League. Cabe recordar que el director ejecutivo de la competición, Patrick Comninos, que ya estuvo en Málaga con motivo de su debut en el torneo, ante el Lavrio (octubre de 2021), estará a comienzos de la próxima semana en la capital costasoleña, lo que le permitirá estar en la Gala de Clausura del 30 Aniversario 'Uniones que suman', que conmemora la fusión del Caja de Ronda y del Mayoral Maristas que será el lunes (20.00 horas) en el Teatro Cervantes, y el martes, en la rueda de prensa y el sorteo posterior de semifinales de la Final Four, previsiblemente en el auditorio del Museo Picasso.

En todo caso, el Martín Carpena se prepara para una cita muy especial, con una atmósfera diferente. Para empezar la iluminación que suele instalar la FIBA en competiciones bajo su organización suele ser distinta, más propia de la NBA. De alguna forma puede recordar a la experiencia ya vivida en este recinto el pasado mes de noviembre con motivo de la disputa de las Finales de la Copa Davis de tenis, con las gradas en oscuridad y los focos dirigidos sobre la pista, así como un espectacular juego de luces en la presentación de los equipos, como ya se pudo comprobar en Bilbao.

En 2022 ya se ofreció la oportunidad de visitar en los días previos una réplica del trofeo que levantará el equipo campeón, y cada afición (que suele estar ubicada en espacios diferentes del pabellón) tendrá su propia Fanzone fuera de él. La presencia de un equipo israelí en el desenlace del torneo, el Hapoel Jerusalén, provocará también un despliegue especial de seguridad de su propio país en torno al equipo.

Como referencia de lo sucedido hace un año, en el precedente más cercano, sin que en Bilbao existiera un equipo anfitrión, hubo en torno a un millar de israelíes (del Hapoel Holon), unos 200 alemanes (seguidores del Ludwigsburg) y a la final llegaron cerca de 5.000 manresanos para seguir al BAXI, rival de un Tenerife campeón, que no atrajo una cifra nada comparable de seguidores.