¿La hora de Suárez y Guerrero?

El regreso de Carlos Suárez a las canchas después de ocho meses lesionado, fue una de las buenas noticias del comienzo de la temporada para el Unicaja. El equipo recuperaba a su capitán y Katsikaris podía volver a contar con un jugador al que siempre ha elogiado de forma pública porque considera que será importante para el crecimiento del equipo en determinados aspectos.

Suárez disputó sus primeros partidos de la temporada el 6 de octubre ante el Nizhny Novgorod en la Basketball Champions League y desde entonces fue apareciendo una media de unos cuatro minutos en todos los partidos. Cuando al técnico se le preguntó por su participación, siempre mandó un mensaje de paciencia porque decía que el madrileño necesitaba su tiempo para volver a recuperar su mejor versión. Quizá se esperaba que esa cuota de minutos se incrementase, puesto que Suárez parece haber dejado atrás la lesión que lo tuvo apartado de las pistas tanto tiempo.

Sin embargo, la semana pasada se quedó en blanco en el choque ante el Lavrio en la Champions. No jugó ante un rival endeble en un partido que parecía propicio para ir cogiendo ese rodaje que el técnico detalló. Días después, apareció de forma fugaz ante el Barcelona; sólo 46 segundos. De momento, el club no ha notificado que el madrileño tenga algún problema físico, que condicione su participación en los encuentros. Por cierto, que ante el conjunto griego, Katsikaris también optó por no utilizar a Rubén Guerrero.

La decisión del entrenador del Unicaja de optar por una rotación más corta implica que Barreiro tenga que actual más como ala-pívot, lo que genera un efecto dominó y la opción de usar a Francis Alonso como alero.

Con Guerrero, la situación es distinta. El malagueño ha estado siempre sano, de hecho su físico le ha permitido estar siempre disponible. Sin embargo, su rol en la plantilla dista mucho del que tuvo en las anteriores temporadas, en las que el bajo rendimiento de alguno de sus compañeros le hizo pasar a la primera línea.

Katsikaris sólo tira de él en momentos muy concretos. Incluso cuando Yannick Nzosa era evidente que no estaba bien, el técnico no le dio demasiado protagonismo. Tuvo algunos momentos buenos en Murcia y Tenerife, pero poco más. Juega una media de cinco minutos.