Gran mejora defensiva

Luis Casimiro mantuvo a Thompson como 'cuatro' y dio la posición de 'uno y cinco' a los malagueños Díaz y Guerrero, respectivamente. Aunque la ausencia de Mekel parecía un duro golpe para la organización ofensiva del Unicaja, una mayor presencia de Díaz debía mejorar su defensa. Sin embargo, los locales ya sumaban 12 puntos en cuatro minutos. El ataque del Unicaja tampoco funcionaba y el Valencia empezó mandando con demasiada claridad. Afortunadamente, la entrada de Abromaitis cambió el ataque malagueño y cuando acabó el primer cuarto, su equipo estaba a un paso del rival. En el segundo cuarto entró Nzosa y enseguida dejó sentir su presencia en defensa. Lamentablemente, el ataque visitante, con exceso de triples, no alcanzaba la regularidad necesaria. Cuando al fin, el Unicaja logró ponerse por delante, gracias a su dominio atrás, tuvo que irse al banquillo Díaz y, aunque entró Pablo Sánchez, quien llevaba la batuta del juego era Brizuela. Tras diez minutos de pobres ataques, el Valencia ganaba por una diferencia de cinco, porque la ofensiva del Unicaja, con diez puntos, era paupérrima.

El descanso fue un bálsamo para algunos jugadores del Unicaja que habían tenido más minutos de los habituales en la primera mitad. Aunque empezaron mandando, apoyados en Abromaitis, los locales tomaron el mando, gracias a la superioridad cerca de los aros. El cuadro malagueño había mejorado mucho en ataque, quizás tanto como había perdido en defensa, y en espera del necesario equilibrio seguía por detrás en el marcador, aunque continuos detalles de Nzosa aguantaban a su equipo en el partido. Ese equilibrio en los dos lados del campo llegó en el último cuarto, con una defensa que forzaba pérdidas y errores en los tiradores locales y un ataque conseguía mejores tiros que antes.